Hechos 19: 8-12 “ Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios. Pero endureciéndose algunos y no creyendo, maldiciendo el Camino delante de la multitud, se apartó Pablo de ellos y separó a los discípulos, discutiendo cada día en la escuela de uno llamado Tiranno. Así continuó por espacio de dos años, de manera que todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús. Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo, de tal manera que aún se llevaban a los enfermos los paños o delantales de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían.”
Cuando las discusiones y las persuasiones sólo endurecen a los hombres en la incredulidad y la blasfemia, debemos separarnos, nosotros y otros, de esa impía compañía. Agradó a Dios confirmar la enseñanza de estos santos varones de antaño para que, si sus oyentes no les creían a ellos, pudieran creer por sus obras.
Hechos 9:2 “ y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén.”
Hechos 9:30-31 “Cuando supieron esto los hermanos, le llevaron hasta Cesárea, y le enviaron a Tarso. Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo.”
Hechos 13:12 “Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.”
Hechos 14:4 “Y la gente de la ciudad estaba dividida: unos estaban con los judíos, y otros con los apóstoles.”
Hechos 17:2 “Y Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres días de reposo discutió con ellos,”
Hechos 18:4 “Y discutía en la sinagoga todos los días de reposo y persuadía a judíos y a griegos.”
Hechos 20:20-28 “y cómo nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros, públicamente y por las casas, testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo. Ahora, he aquí, ligado yo en espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me ha de acontecer;3 salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones. Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios. Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros, entre quienes he pasado predicando el reino de Dios, verá más mi rostro. Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios. Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.
Hechos 20:31 “Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno.”
2Timoteo 1:14 “Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros.”
Hechos 19: 13-20 “ Pero algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo. Había siete hijos de un tal Esceva, judío, jefe de los sacerdotes, que hacían esto. Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois? Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnuda y herida. Y esto fue notorio a todos los que habitaban en Éfeso, así judíos como griegos; y tuvieron temor todos ellos, y era magnificado el nombre del Señor Jesús. Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos. Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata. Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor. “
Era corriente, en especial entre los judíos, que las personas trataran de expulsar espíritus malignos. Si resistimos al diablo por fe en Cristo, él huirá de nosotros, pero si pensamos en resistirle usando el nombre de Cristo, o sus obras como conjuro o encantamiento, Satanás nos vencerá. Donde haya verdadera contrición del pecado, habrá una libre confesión de pecado a Dios en toda oración; y confesión a la persona que hayamos ofendido, cuando el caso así lo requiera. Si la palabra de Dios ha prevalecido entre nosotros, con toda seguridad que muchos libros licenciosos, infieles y malos serán quemados por sus dueños. ¿Estos convertidos de Éfeso no se levantarán en juicio contra los profesantes que trafican con tales obras por amor a una ganancia o que se permiten tener tales libros? Si deseamos ser honestos en la gran obra de la salvación, debemos renunciar a toda empresa y deseo que estorbe el efecto del evangelio en la mente o que afloje su dominio en el corazón.
Mateo 12:27 “Si yo expulso a los demonios por el poder de Beelzebú, ¿por el poder de quién los expulsan los hijos de ustedes? Por lo tanto, ellos serán los jueces de ustedes. “
Marcos 9:38 “Juan le dijo: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, pero se lo prohibimos, porque no es de los nuestros.”
Lucas 9:49 “ Entonces Juan le dijo: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, pero se lo prohibimos, porque no anda con nosotros.”
Hechos 2:43” Al ver las muchas maravillas y señales que los apóstoles hacían, todos se llenaban de temor”
Hechos 6:7 “ Conforme crecía el conocimiento de la palabra del Señor, se multiplicaba también el número de los discípulos en Jerusalén, y aun muchos de los sacerdotes llegaron a creer.”
Hechos 12:24 “ Mientras tanto, la palabra del Señor seguía extendiéndose y multiplicándose.”
Hechos 19: 21-31 “Pasadas estas cosas, Pablo se propuso en espíritu ir a Jerusalén, después de recorrer Macedonia y Acaya, diciendo: Después que haya estado allí, me será necesario ver también a Roma. Y enviando a Macedonia a dos de los que le ayudaban, Timoteo y Erasto, él se quedó por algún tiempo en Asia. Hubo por aquel tiempo un disturbio no pequeño acerca del Camino. Porque un platero llamado Demetrio, que hacía de plata templecillos de Diana, daba no poca ganancia a los artífices; a los cuales, reunidos con los obreros del mismo oficio, dijo: Varones, sabéis que de este oficio obtenemos nuestra riqueza; pero veis y oís que este Pablo, no solamente en Efeso, sino en casi toda Asia, ha apartado a muchas gentes con persuasión, diciendo que no son dioses los que se hacen con las manos. Y no solamente hay peligro de que este nuestro negocio venga a desacreditarse, sino también que el templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada, y comience a ser destruida la majestad de aquella a quien venera toda Asia, y el mundo entero. Cuando oyeron estas cosas, se llenaron de ira, y gritaron, diciendo: !Grande es Diana de los efesios! Y la ciudad se llenó de confusión, y a una se lanzaron al teatro, arrebatando a Gayo y a Aristarco, macedonios, compañeros de Pablo. Y queriendo Pablo salir al pueblo, los discípulos no le dejaron. También algunas de las autoridades de Asia, que eran sus amigos, le enviaron recado, rogándole que no se presentase en el teatro
La gente que venía desde lejos a rendir culto en el templo de Éfeso, compraba pequeños santuarios de plata o modelos del templo, para llevárselos a casa. Nótese aquí cómo los artesanos se aprovechan de la superstición de la gente, y sirven sus propósitos mundanos con ello. Los hombres son celosos de aquello por lo cual obtienen sus riquezas, y muchos se ponen en contra del evangelio de Cristo porque saca a los hombres de todas las malas artes, por mucha que sea la ganancia que obtengan con ellas. Hay personas que defienden lo que es más groseramente absurdo, irracional y falso con que sólo tenga de su lado el interés mundano, como en este caso en que aquellos eran dioses hechos con sus propias manos. Toda la ciudad estaba llena de confusión, que es el efecto común y natural del celo por la religión falsa. El celo por el honor de Cristo, y el amor por los hermanos, exhorta a los creyentes celosos a correr peligros. A menudo surgen amigos de entre aquellos que son ajenos a la verdadera religión, pero que han visto la conducta honesta y coherente de los cristianos.
Romano 15:24-28 “iré a visitarlos ahora que vaya a España. Espero verlos cuando pase por allá, y que me ayuden a continuar con mi viaje, luego de haber disfrutado de su compañía. Pero ahora voy a Jerusalén para servir a los santos. Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una ofrenda para los pobres que hay entre los santos que están en Jerusalén, pues les pareció que era lo correcto, y se sienten en deuda con ellos. Porque si los que no son judíos han sido hechos partícipes de las bendiciones espirituales, deben también compartir las bendiciones materiales. Así que, cuando esto haya concluido y yo les haya entregado este fruto, pasaré a visitarlos de camino a España,”
Romano 16:23 “Los saluda Gayo, que nos ha hospedado a mí y a toda la iglesia. Los saludas Erasto, el tesorero de la ciudad, y el hermano Cuarto.”
2Timoteo 4:20,10 Erasto se quedó en Corinto, y a Trófimo lo dejé en Mileto, pues estaba enfermo.
Hechos 19:32-41 “ Unos, pues, gritaban una cosa, y otros otra; porque la concurrencia estaba confusa, y los más no sabían por qué se habían reunido. Y sacaron de entre la multitud a Alejandro, empujándole los judíos. Entonces Alejandro, pedido silencio con la mano, quería hablar en su defensa ante el pueblo. Pero cuando le conocieron que era judío, todos a una voz gritaron casi por dos horas: !!Grande es Diana de los efesios! Entonces el escribano, cuando había apaciguado a la multitud, dijo: Varones efesios, ¿y quién es el hombre que no sabe que la ciudad de los efesios es guardiana del templo de la gran diosa Diana, y de la imagen venida de Júpiter? Puesto que esto no puede contradecirse, es necesario que os apacig:uéis, y que nada hagáis precipitadamente. Porque habéis traído a estos hombres, sin ser sacrílegos ni blasfemadores de vuestra diosa. Que si Demetrio y los artífices que están con él tienen pleito contra alguno, audiencias se conceden, y procónsules hay; acúsense los unos a los otros. Y si demandáis alguna otra cosa, en legítima asamblea se puede decidir. Porque peligro hay de que seamos acusados de sedición por esto de hoy, no habiendo ninguna causa por la cual podamos dar razón de este concurso. Y habiendo dicho esto, despidió la asamblea.”
Los judíos pasaron adelante en este tumulto. Los que así se preocupan de distinguirse de los siervos de Cristo ahora, temiendo ser confundidos con ellos, tendrán su correspondiente condena en el gran día. Uno que tenía autoridad acalló, por fin, el barullo. Muy buena regla en todo tiempo, tanto para los asuntos públicos como privados, es no apresurarse a actuar, sino tomarse tiempo para pensar y mantener siempre controladas nuestras pasiones. Debemos conservar la serenidad y no hacer nada con aspereza, ni precipitación de lo que tengamos que arrepentirnos después. Los métodos habituales de la ley siempre deben detener los tumultos populares, cosa que será así en las naciones bien gobernadas. La mayoría de la gente se maravilla ante los juicios de los hombres más que del juicio de Dios. ¡Qué bueno sería si acalláramos de este modo nuestras pasiones y apetitos desordenados, considerando la cuenta que debemos rendir dentro de poco al Juez de cielo y tierra! Nótese cómo mantiene la paz pública la providencia suprema de Dios, por un poder inexplicable sobre los espíritus de los hombres. Así se mantiene al mundo con cierto orden y se frena a los hombres para que no se coman unos a otros. Apenas miramos a nuestro alrededor sin ver hombres que se comportan como Demetrio y los artífices. Contender con bestias salvajes es tan seguro como con los hombres enfurecidos por el celo partidario y la codicia desencantada, que piensan que todos los argumentos quedan sin respuesta, cuando han mostrado que ellos se enriquecen por medio de las prácticas a las cuales surgió oposición. Cualquiera sea el bando que este espíritu adopte en las disputas religiosas, o cualquiera sea el nombre que tome, es tan mundano que debe ser repudiado por todos los que guardan la verdad y la piedad. No desfallezcamos: el Señor de lo alto es más poderoso que el ruido de muchas aguas; Él puede aquietar la furia de la gente.
Hechos 12:17 “Pero Pedro les hizo señas con la mano para que callaran, y entonces les contó cómo el Señor lo había sacado de la cárcel. Y añadió: «Digan esto a Jacobo y a los hermanos.» Luego salió, y se fue a otro lugar.”
Hechos 13:7 “que estaba con el procónsul Sergio Paulo, quien era un varón muy prudente. Sergio Paulo mandó llamar a Bernabé y a Saulo, porque deseaba oír la palabra de Dios.”
Hechos 18:19-20 “ Cuando llegaron a Éfeso, Pablo los dejó y entró luego a la sinagoga, donde empezó a debatir con los judíos.0 Éstos le rogaban que se quedara con ellos más tiempo, pero él no aceptó.”
Hechos 21:24 “ Ve y purifícate con ellos, y paga para que les rasuren la cabeza. Así todos comprenderán que no es cierto lo que supieron acerca de ti, y que también tú obedeces la ley.”
1 Timoteo 1:18-20 “ Timoteo, hijo mío, te encargo este mandamiento para que, conforme a las profecías que antes se hicieron acerca de ti, presentes por ellas la buena batalla 19 y mantengas la fe y la buena conciencia, que por desecharlas algunos naufragaron en cuanto a la fe, 20 entre ellos Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar.”
2 Timoteo 4:14 “ Alejandro, el calderero, me ha causado mucho daño; que el Señor le pague conforme a sus hechos.”
Romano 2:22 “Tú que dices que no se debe cometer adulterio, ¿adulteras? Tú que detestas a los ídolos, ¿robas en los templos?”
Hechos 20:1-12 “Una vez que se calmó el alboroto, Pablo llamó a los discípulos y, luego de animarlos y abrazarlos, se despidió de ellos y se fue a Macedonia. Después de recorrer aquellas regiones y de animar a los hermanos con largos discursos, se dirigió a Grecia, donde estuvo tres meses. Pero como los judíos le tendieron una emboscada cuando él estaba por embarcarse rumbo a Siria, decidió regresar por Macedonia. Lo acompañaron Sópater de Berea, Aristarco y Segundo, de Tesalónica; Gayo, de Derbe; Timoteo, y Tíquico y Trófimo, de Asia. Pero ellos se adelantaron y nos esperaron en Troas. Nosotros salimos de Filipos en barco, después de la fiesta de los panes sin levadura, y cinco días después nos reunimos con ellos en Troas. Allí nos quedamos siete días. El primer día de la semana los discípulos se reunieron para partir el pan, y Pablo estuvo enseñándoles. Pero como tenía que salir al día siguiente, alargó su discurso hasta la medianoche. En el aposento alto donde se habían reunido había muchas lámparas. Un joven que se llamaba Eutico estaba sentado en la ventana del tercer piso. Como Pablo se extendió demasiado en su predicación, a Eutico lo venció el sueño y se cayó, así que cuando lo levantaron estaba muerto. Entonces Pablo bajó y se echó sobre él, lo abrazó y dijo: «No se alarmen. Está vivo.» Después volvió a subir, y partió el pan y comió; luego siguió hablando hasta que amaneció, y entonces se fue. Para consuelo de todos, al joven se lo llevaron vivo.
Vv. 1—12. Los tumultos o la resistencia pueden constreñir al cristiano para irse de su lugar de trabajo o cambiar su propósito, pero su obra y su placer serán los mismos dondequiera que vaya. Pablo pensó que valía la pena emplear cinco días para ir a Troas, aunque tuvo que estar siete días, pero sabía, y así debiéramos nosotros, redimir aun el tiempo de viaje haciendo que se volviera en algo provechoso.
Aunque los discípulos leían, y meditaban, oraban y cantaban a solas, y así mantenían su comunión con Dios, de todos modos, se reunían para adorar a Dios y así mantener la comunión de unos con otros. Se reunían en el primer día de la semana, el día del Señor. Debe ser observado religiosamente por todos los discípulos de Cristo. Al partir el pan se conmemora no sólo el cuerpo de Cristo partido por nosotros, para ser sacrificio por nuestros pecados; representa al cuerpo de Cristo partido para nosotros como alimento y fiesta para nuestras almas. En los primeros tiempos se acostumbraba a recibir la cena del Señor cada día, celebrando así la memoria de la muerte de Cristo. Pablo predicó en esta asamblea. La predicación del evangelio debe ir unida a los sacramentos. Ellos estaban dispuestos a oír, él vio que era así, y alargó su sermón hasta la medianoche. Dormirse cuando se escucha la palabra es mala señal, señal de poca estima de la palabra de Dios. Debemos hacer lo que podamos para no dormirnos; no dormirnos sino lograr que nuestro corazón sea afectado por la palabra que oímos de forma que echemos lejos el sueño. La enfermedad requiere ternura, pero el desprecio merece severidad. Interrumpió la predicación del apóstol, pero para confirmar su predicación. Eutico fue devuelto a la vida. Como no sabían cuando tendrían nuevamente la compañía de Pablo, la aprovecharon lo mejor que pudieron y reconocieron que perder una noche de sueño era bueno para tal propósito. ¡Con cuánta rareza se pierden horas de reposo con el propósito de la devoción, pero con cuánta frecuencia se hace por la mera diversión o jolgorio pecaminoso! ¡Tanto cuesta que la vida espiritual florezca en el corazón del hombre y tan natural es que allí florezcan las costumbres carnales!
Hechos 11:26 “Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?”
1 Corintios 16:5 “ Tengo que pasar por Macedonia. Así que luego de pasar por allí iré a visitarlos “
1 Timoteo 1-3 “Cuando fui a Macedonia, te rogué que te quedaras en Éfeso para que mandaras a algunos que no enseñaran una doctrina diferente,”
2 Corintios 11:26 “Son muchas las veces que he estado de viaje corriendo peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de mi propia gente, peligros de los no judíos, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos.
Hechos 20:13-18 “ Nosotros nos embarcamos antes, y navegamos hasta Asón, donde teníamos que recoger a Pablo, pues él había decidido ir allá por tierra. Cuando se reunió con nosotros en Asón, subió a bordo y nos fuimos a Mitilene. Partimos de allí, y al día siguiente estábamos frente a Quío. Al otro día tocamos puerto en Samos, y un día después llegamos a Mileto. Pablo se apresuraba porque, de ser posible, quería estar en Jerusalén el día de Pentecostés, así que había decidido pasar de largo a Éfeso y no detenerse en Asia. Desde Mileto Pablo envió un mensaje a los ancianos de la iglesia de Éfeso, para que se reunieran con él.
V13—16. Pablo se apresuró a partir hacia Jerusalén, pero trató de hacer el bien en el camino, cuando iba de lugar en lugar, como debe hacer todo hombre bueno. Muy a menudo debemos contrariar nuestra voluntad y la de nuestros amigos al hacer la obra de Dios; no debemos perder tiempo con ellos cuando el deber nos llama a otro lado.
2Timoteo 4:20 “ Erasto se quedó en Corinto, y a Trófimo dejé en Mileto enfermo.”
Hechos 11:25-30 “25 Después fue Bernabé a Tarso para buscar a Saulo; y hallándole, le trajo a Antioquía. Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía. En aquellos días unos profetas descendieron de Jerusalén a Antioquía. Y levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba a entender por el Espíritu, que vendría una gran hambre en toda la tierra habitada; la cual sucedió en tiempo de Claudio. Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que tenía, determinaron enviar socorro a los hermanos que habitaban en Judea; lo cual en efecto hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo.”
Hechos 18:19 “Y llegó a Efeso, y los dejó allí; y entrando en la sinagoga, discutía con los judíos,”
1Corintios 16:8-9 “ Pero estaré en Efeso hasta Pentecostés; porque se me ha abierto puerta grande y eficaz, y muchos son los adversarios.”
Hechos 20:19-25 Cuando los ancianos llegaron, les dijo: Ustedes saben cómo me he comportado todo el tiempo, desde el primer día que entré en Asia. Saben que he servido al Señor con toda humildad y con muchas lágrimas, y que he sido puesto a prueba por las intrigas de los judíos. También saben que no me he negado a serles útil, y que en público y en las casas he anunciado y enseñado a los judíos y a los no judíos que deben volverse a Dios, y tener fe en nuestro Señor Jesucristo. Ahora voy a Jerusalén, llevado por el Espíritu, pero no sé lo que allá me espera, a no ser lo que el Espíritu Santo me ha confirmado en todas las ciudades, de que me esperan cárceles y tribulaciones. Pero eso a mí no me preocupa, pues no considero mi vida de mucho valor, con tal de que pueda terminar con gozo mi carrera y el ministerio que el Señor Jesús me encomendó, de hablar del evangelio y de la gracia de Dios. Yo sé que no me volverá a ver ninguno de ustedes, entre quienes he estado proclamando el reino de Dios;
V.19—25. Los ancianos sabían que Pablo no era hombre interesado en sí mismo ni manipulador. Los que sirven al Señor en algún oficio en forma aceptable y provechosa para el prójimo, deben hacerlo con humildad. Él era un predicador simple, uno que decía el mensaje para que se entendiera. Él era un predicador poderoso, predicaba el evangelio como testimonio a ellos si lo recibían, pero como testimonio contra ellos si lo rechazaban. Era un predicador de provecho, que tenía la mira de informar sus juicios y reformar sus corazones y vidas. Era un predicador sufrido, muy esforzado en su obra. Era un predicador fiel, que no se reservaba los reproches cuando eran necesarios, ni dejaba de predicar la cruz. Era un predicador verdaderamente cristiano evangélico, no predicaba de temas o nociones dudosas, ni de los asuntos de estado o el gobierno civil; predicaba la fe y el arrepentimiento. No puede darse un mejor resumen de estas cosas sin las cuales no hay salvación: el arrepentimiento para con Dios, y la fe en nuestro Señor Jesucristo, con sus frutos y efectos. Ningún pecador puede escapar sin ellos, y nadie quedará fuera de la vida eterna con estos. Que no se piense que Pablo se fue de Asia por miedo a la persecución; él estaba esperando problemas, pero resolvió seguir adelante bien seguro de que era por mandato divino. Gracias a Dios que no sabemos las cosas que nos sucederán durante el año, la semana, o el día que ha empezado. Para el hijo de Dios basta con saber que su fuerza será igual a su día. No sabe ni quiere saber qué le traerá el día por delante. Las influencias poderosas del Espíritu Santo enlazan al cristiano verdadero
con su deber. Aunque espere persecución y aflicción, el amor de Cristo le constriñe a seguir. Ninguna de estas cosas sacó a Pablo de su tarea; no le privaron de su consuelo. La actividad de nuestra vida es proveer para una muerte gozosa. Creyendo que esta era la última vez que le verían, él apela de su integridad. Les había predicado todo el consejo de Dios. Al predicarles puramente el evangelio, se los había predicado, así, completo; él hizo fielmente su obra ya fuera que los hombres lo soportaran o lo rechazaran.
Hechos 2:38 “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.”
Hechos 18:5 “Y cuando Silas y Timoteo vinieron de Macedonia, Pablo estaba entregado por entero a la predicación de la palabra, testificando a los judíos que Jesús era el Cristo.”
Hechos 18:19 “Y llegó a Efeso, y los dejó allí; y entrando en la sinagoga, discutía con los judíos,”
Hechos 19:1-10 “Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Efeso, y hallando a ciertos discípulos, les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo. Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan. Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo. Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban. 7 Eran por todos unos doce hombres.8 Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios. Pero endureciéndose algunos y no creyendo, maldiciendo el Camino delante de la multitud, se apartó Pablo de ellos y separó a los discípulos, discutiendo cada día en la escuela de uno llamado Tiranno. Así continuó por espacio de dos años, de manera que todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús.”
2Corintios 4:16 “6 Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día.”
Gálata 1:1 “ Pablo, apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo y por Dios el Padre que lo resucitó de los muertos),”
Tito 1:3 “y a su debido tiempo manifestó su palabra por medio de la predicación que me fue encomendada por mandato de Dios nuestro Salvador,”
Hechos 20:26-29 “ Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios. Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre. Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño.”
V-26-29 Si el Espíritu Santo ha hecho ministros supervisores del rebaño, esto es, pastores, ellos deben ser leales a su cometido. Que consideren el interés de su Maestro por el rebaño encargado a su cuidado: es la Iglesia que Él compró con su sangre. La sangre era la suya en cuanto Hombre; tan íntima es la unión de la naturaleza divina y la humana que aquí es llamada sangre de Dios, porque era la sangre de Aquel que es Dios. Eso le confiere tal valor y dignidad como para rescatar a los creyentes de todo mal y adquirir todo lo bueno. Pablo habló de sus almas con afecto y preocupación. Estaban muy preocupados por lo que sería de ellos. Pablo los guía a mirar a Dios con fe, y los encomienda a la palabra de la gracia de Dios, no sólo como fundamento de su esperanza
y su fuente de gozo, sino como la regla de su andar. Los cristianos más maduros son capaces de crecer y hallarán que la palabra de gracia ayuda a su crecimiento. Como los que no están santificados no pueden ser huéspedes bienvenidos para el santo Dios, así el cielo no será cielo para ellos, pero está asegurado para todos los que nazcan de nuevo, y en quienes se ha renovado la imagen de Dios, puesto que el poder omnipotente y la verdad eterna así lo hacen
1Timoteo 4:16 “ Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.”
1Corintios 12: 28-31 “ Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente, apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas. ¿Son todos apóstoles? ¿son todos profetas? ¿todos maestros? ¿hacen todos milagros? ¿Tienen todos dones de sanidad? ¿hablan todos lenguas? ¿interpretan todos? Procurad, pues, los dones mejores. Mas yo os muestro un camino aún más excelente.”
1Pedro 5:2 “ Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; “
1Pedro 1:19 “ Sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,”
Hechos 20:31-38 “ Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos. Por tanto, velad, acordándoos que, por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno. Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados. Ni plata ni oro ni vestido de nadie he codiciado. Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido. En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir. Cuando hubo dicho estas cosas, se puso de rodillas, y oró con todos ellos. Entonces hubo gran llanto de todos; y echándose al cuello de Pablo, le besaban, doliéndose en gran manera por la palabra que dijo, de que no verían más su rostro. Y le acompañaron al barco.”
Él se pone a sí mismo como ejemplo para ellos de no preocuparse por las cosas de este mundo actual; hallarán que esto les ayudara para un paso cómodo a través de él. Podría parecer un dicho duro; por lo que Pablo agrega un dicho de su Maestro, que desea que siempre recuerden: Más bienaventurado es dar que recibir, parece que eran palabras usadas a menudo con sus discípulos. La opinión de los hijos de este mundo es contraria a esto; ellos temen dar a menos que esperen recibir. La ganancia clara es para ellos la cosa más bendita que pueda haber; pero Cristo nos dice qué es más bienaventurado, más excelente.
Nos hace más como Dios, que da a todos y recibe de nadie; y al Señor Jesús que andaba haciendo el bien. Que también esté en nosotros el sentir que había en Cristo Jesús. Cuando los amigos se separan es bueno que se separen orando. Los que exhortan y oran, los unos por los otros, pueden tener muchas temporadas de llanto y separaciones dolorosas, pero se reunirán ante el trono de Dios para nunca más separarse. Para todos fue consuelo que la presencia de Cristo fuera con él y se quedara con ellos.
Hechos 11:19 “ Ahora bien, los que habían sido esparcidos a causa de la persecución que hubo con motivo de Esteban, pasaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, no hablando a nadie la palabra, sino sólo a los judíos.”
Hechos 20:23 “ Salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones.”
Hechos 20:36” Cuando hubo dicho estas cosas, se puso de rodillas, y oró con todos ellos.”
Hechos 21:1-7 “Después de separarnos de ellos, zarpamos y fuimos con rumbo directo a Cos, y al día siguiente a Rodas, y de allí a Pátara. Y hallando un barco que pasaba a Fenicia, nos embarcamos, y zarpamos. Al avistar Chipre, dejándola a mano izquierda, navegamos a Siria, y arribamos a Tiro, porque el barco había de descargar allí. Y hallados los discípulos, nos quedamos allí siete días; y ellos decían a Pablo por el Espíritu, que no subiese a Jerusalén. Cumplidos aquellos días, salimos, acompañándonos todos, con sus mujeres e hijos, hasta fuera de la ciudad; y puestos de rodillas en la playa, oramos. Y abrazándonos los unos a los otros, subimos al barco y ellos se volvieron a sus casas. Y nosotros completamos la navegación, saliendo de Tiro y arribando a Tolemaida; y habiendo saludado a los hermanos, nos quedamos con ellos un día.”
V1-7Debemos reconocer la providencia cuando nos salen bien las cosas. Dondequiera que fuera Pablo, preguntaba cuántos discípulos había ahí y los buscaba. Previendo sus problemas, por amor a él, y preocupación por la iglesia, ellos pensaron, equivocadamente, que sería más para la gloria de Dios que siguiera libre, pero su celo para disuadirlo volvió más ilustre su santa resolución. Él nos ha enseñado con el ejemplo y por la regla, a orar sin cesar. El último adiós de ellos fue endulzado con oración.
Hechos 12:20 “ Y Herodes estaba enojado contra los de Tiro y de Sidón; pero ellos vinieron de acuerdo ante él, y sobornado Blasto, que era camarero mayor del rey, pedían paz, porque su territorio era abastecido por el del rey.”
Hechos 1:14-16 “Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.15 En aquellos días Pedro se levantó en medio de los hermanos (y los reunidos eran como ciento veinte en número), y dijo:16 Varones hermanos, era necesario que se cumpliese la Escritura en que el Espíritu Santo habló antes por boca de David acerca de Judas, que fue guía de los que prendieron a Jesús,
HECHOS 21:8-18 “Al otro día, saliendo Pablo y los que con él estábamos, fuimos a Cesárea; y entrando en casa de Felipe el evangelista, que era uno de los siete, posamos con él. Este tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban. Y permaneciendo nosotros allí algunos días, descendió de Judea un profeta llamado Agabo, quien, viniendo a vernos, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles. Al oír esto, le rogamos nosotros y los de aquel lugar, que no subiese a Jerusalén. Entonces Pablo respondió: ¿Qué hacéis llorando y quebrantándome el corazón? Porque yo estoy dispuesto no sólo a ser atado, más aún a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús. Y como no le pudimos persuadir, desistimos, diciendo: Hágase la voluntad del Señor. Después de esos días, hechos ya los preparativos, subimos a Jerusalén. Y vinieron también con nosotros de Cesárea algunos de los discípulos, trayendo consigo a uno llamado Mnasón, de Chipre, discípulo antiguo, con quien nos hospedaríamos. Cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos nos recibieron con gozo. Y al día siguiente Pablo entró con nosotros a ver a Jacobo, y se hallaban reunidos todos los ancianos;
V. 8-18. Pablo había sido expresamente advertido de sus problemas para que, cuando llegaran, no fueran sorpresa ni terror para él. Debemos darle el mismo uso a la noticia general que se nos da de que debemos entrar al reino de Dios a través de mucha tribulación. El llanto de ellos empezó a debilitar y desanimar la resolución de ellos. ¿No nos dijo nuestro Maestro que tomemos nuestra cruz? Para él fue un problema que ellos lo presionaran con tanta insistencia para hacer aquello con que no podía satisfacerlos sin dañar su propia conciencia. Cuando vemos que se acercan problemas no sólo nos corresponde decir, debe cumplirse la voluntad del Señor, y no hay más remedio, sino que se cumpla la voluntad del Señor, porque su voluntad es su sabiduría y Él hace todo conforme a su consejo. Debe apaciguar nuestro pesar que se cumple la voluntad del Señor cuando llega un problema; debe silenciar nuestros temores cuando lo vemos venir que se cumplirá la voluntad del Señor, y debemos decir: Amén, que se cumpla. Honroso es ser un discípulo viejo de Jesucristo, haber sido capacitado por la gracia de Dios para seguir por largo tiempo en el curso del deber, constante en la fe, creciendo más y más experimentado a una buena vejez. Uno debiera optar por habitar con estos discípulos viejos, porque la multitud de sus años enseñará sabiduría. Muchos hermanos de Jerusalén recibieron alegremente a Pablo. Pensamos que, quizá si lo tuviéramos con nosotros, lo recibiríamos con gozo, pero no lo haríamos si, teniendo su doctrina, no la recibimos con gozo.
AGABO : Profeta cristiano que llegó a Antioquia, procedente de Jerusalén, anunciando una gran hambre «en toda la tierra habitada» (Hechos 11:27), lo que dio ocasión a la solidaridad de los hermanos de Antioquía con los de Judea. Profeta cristiano que descendió de Judea a Cesárea, y anunció a Pablo su futuro encarcelamiento si persistía en dirigirse a Jerusalén a pesar de las múltiples advertencias de Dios (Hechos 20:23; 21:4; 11, 12) de que no fuera.
MNASÓN: Discípulo antiguo (original)’—e. d. por lo menos desde Pentecostés—hospedador de Pablo (Hechos 21.16). Como Bernabé, era judío chipriota. Se trata de un nombre griego, y común.
Hechos 21:19-26 “A los cuales, después de haberles saludado, les contó una por una las cosas que Dios había hecho entre los gentiles por su ministerio. cuando ellos lo oyeron, glorificaron a Dios, y le dijeron: ya ves, hermano, cuántos millares de judíos hay que han creído; y todos son celosos por la ley. pero se les ha informado en cuanto a ti, que enseñas a todos los judíos que están entre los gentiles a apostatar de moisés, diciéndoles que no circunciden a sus hijos, ni observen las costumbres. ¿qué hay, pues? la multitud se reunirá de cierto, porque oirán que has venido. haz, pues, esto que te decimos: hay entre nosotros cuatro hombres que tienen obligación de cumplir voto. tómalos contigo, purifícate con ellos, y paga sus gastos para que se rasuren la cabeza; y todos comprenderán que no hay nada de lo que se les informó acerca de ti, sino que tú también andas ordenadamente, guardando la ley. pero en cuanto a los gentiles que han creído, nosotros les hemos escrito determinando que no guarden nada de esto; solamente que se abstengan de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación. entonces pablo tomó consigo a aquellos hombres, y al día siguiente, habiéndose purificado con ellos, entró en el templo, para anunciar el cumplimiento de los días de la purificación, cuando había de presentarse la ofrenda por cada uno de ellos.
Vv. 19—26. Pablo atribuye todo su éxito a Dios y a Dios da la alabanza. Dios le había honrado más que a ninguno de los apóstoles, aunque ellos no lo envidiaban, pero, por el contrario, glorificaban al Señor. Ellos no podían hacer más que exhortar a Pablo para que siguiera alegremente en su obra. Santiago y los ancianos de la iglesia de Jerusalén, le pidieron a Pablo que satisficiera a los judíos creyentes con el cumplimiento de algún requisito de la ley ceremonial. Ellos pensaron que era prudente que se conformara hasta ese punto. Fue una gran debilidad querer tanto la sombra cuando había llegado la sustancia. La religión que Pablo predicaba no tendía a destruir la ley, sino a cumplirla. Él predicaba a Cristo, el fin de la ley por la justicia, el arrepentimiento y la fe, con que tenemos que usar mucho la ley. La debilidad y la maldad del corazón humano aparecen fuertemente cuando consideramos cuántos, siendo discípulos de Cristo, no tuvieron debida consideración hacia el ministro más eminente que haya vivido jamás. La excelencia de su carácter ni el éxito con que Dios bendijo sus labores no pudieron ganarle la estima y el afecto de ellos, que veían que él no rendía el mismo respeto que ellos a las observancias ceremoniales. ¡Cuán cuidadosos debemos ser con los prejuicios! Los apóstoles no estuvieron libres de culpa en todo lo que hicieron, y sería difícil defender a Pablo de la acusación de ceder demasiado en esta materia. Vano es tratar de conseguir el favor de los zelotes o fanáticos de un partido. Este cumplimiento de Pablo no sirvió, por lo mismo con que esperaba apaciguar a los judíos, los provocó y lo metió en problemas, pero el Dios
omnisciente pasó por alto el consejo de ellos y el cumplimiento de Pablo, para servir un propósito mejor de lo que se pensaba. Era vano tratar de complacer a los hombres que no se agradarían con nada sino la destrucción del cristianismo. Es más probable que la integridad y la rectitud nos preserven más que los cumplimientos mentirosos. Esto debiera advertirnos para no presionar a los hombres para que hagan lo contrario a su propio juicio por complacernos.
Hechos 21:27-40 “ Pero cuando estaban para cumplirse los siete días, unos judíos de Asia, al verle en el templo, alborotaron a toda la multitud y le echaron mano, dando voces: !!Varones israelitas, ayudad! Este es el hombre que por todas partes enseña a todos contra el pueblo, la ley y este lugar; y además de esto, ha metido a griegos en el templo, y ha profanado este santo lugar. Porque antes habían visto con él en la ciudad a Trófimo, de Efeso, a quien pensaban que Pablo había metido en el templo. Así que toda la ciudad se conmovió, y se agolpó el pueblo; y apoderándose de Pablo, le arrastraron fuera del templo, e inmediatamente cerraron las puertas. Y procurando ellos matarle, se le avisó al tribuno de la compañía, que toda la ciudad de Jerusalén estaba alborotada. Este, tomando luego soldados y centuriones, corrió a ellos. Y cuando ellos vieron al tribuno y a los soldados, dejaron de golpear a Pablo. Entonces, llegando el tribuno, le prendió y le mandó atar con dos cadenas, y preguntó quién era y qué había hecho. Pero entre la multitud, unos gritaban una cosa, y otros otra; y como no podía entender nada de cierto a causa del alboroto, le mandó llevar a la fortaleza. Al llegar a las gradas, aconteció que era llevado en peso por los soldados a causa de la violencia de la multitud; porque la muchedumbre del pueblo venía detrás, gritando: !!Muera! Cuando comenzaron a meter a Pablo en la fortaleza, dijo al tribuno: ¿Se me permite decirte algo? Y él dijo: ¿Sabes griego? ¿No eres tú aquel egipcio que levantó una sedición antes de estos días, y sacó al desierto los cuatro mil sicarios? Entonces dijo Pablo: Yo de cierto soy hombre judío de Tarso, ciudadano de una ciudad no insignificante de Cilicia; pero te ruego que me permitas hablar al pueblo. Y cuando él se lo permitió, Pablo, estando en pie en las gradas, hizo señal con la mano al pueblo. Y hecho gran silencio, habló en lengua hebrea, diciendo:
Vv. 27—40. En el templo, donde Pablo debiera haber estado protegido por ser lugar seguro, fue violentamente atacado. Lo acusaron falsamente de mala doctrina y de mala costumbre contra las ceremonias mosaicas. No era nada nuevo para quienes tienen intenciones honestas y actúan conforme a la regla, que les acusen de cosas que no conocen y en las que nunca pensaron. Común es para el sabio y bueno que la gente mala le acuse de aquello con que creyeron agradarlos. Dios suele hacer que protejan a su pueblo los que no los quieren, sino sólo se compadecen de los que sufren y se preocupan por la paz pública. Véase aquí con qué nociones falsas y equivocadas de la gente buena y de los buenos ministros se van muchos. Pero Dios interviene oportunamente para asegurar a sus siervos contra los hombres malos e irracionales; y les da oportunidades para que hablen defendiendo el Redentor y difundiendo ampliamente su glorioso evangelio.
Hechos 22:1-11 “Varones hermanos y padres, oíd ahora mi defensa ante vosotros. Y al oír que les hablaba en lengua hebrea, guardaron más silencio. Y él les dijo: Yo de cierto soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel, estrictamente conforme a la ley de nuestros padres, celoso de Dios, como hoy lo sois todos vosotros. Perseguía yo este Camino hasta la muerte, prendiendo y entregando en cárceles a hombres y mujeres; como el sumo sacerdote también me es testigo, y todos los ancianos, de quienes también recibí cartas para los hermanos, y fui a Damasco para traer presos a Jerusalén también a los que estuviesen allí, para que fuesen castigados. Pero aconteció que yendo yo, al llegar cerca de Damasco, como a mediodía, de repente me rodeó mucha luz del cielo; y caí al suelo, y oí una voz que me decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Yo entonces respondí: ¿Quién eres, Señor? Y me dijo: Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues. Y los que estaban conmigo vieron a la verdad la luz, y se espantaron; pero no entendieron la voz del que hablaba conmigo. Y dije: ¿Qué haré, Señor? Y el Señor me dijo: Levántate, y ve a Damasco, y allí se te dirá todo lo que está ordenado que hagas. Y como yo no veía a causa de la gloria de la luz, llevado de la mano por los que estaban conmigo, llegué a Damasco.
Vv. 1—11. El apóstol se dirigió a la multitud enfurecida con su estilo acostumbrado de respeto y buena voluntad. Pablo relata con mucho detalle la historia de su vida anterior, comenta que su conversión fue por completo un acto de Dios. Los pecadores condenados son enceguecidos por el poder de las tinieblas, y es ceguera perdurable, como la de los judíos incrédulos. Los pecadores en convicción de pecado son enceguecidos, como Pablo, no por las tinieblas sino por la luz. Por un tiempo son llevados a pérdida dentro de sí mismos, pero es para que su ser sea iluminado. El simple relato de los tratos del Señor con nosotros, llevándonos de la oposición a profesar y fomentar su evangelio, si se hace con un espíritu y modo correcto, suele impresionar más que los discursos elaborados, aunque no equivalga a una prueba plena de la verdad, como se demuestra en el cambio obrado en el apóstol.
Hechos 22:12-21 “ Entonces uno llamado Ananías, varón piadoso según la ley, que tenía buen testimonio de todos los judíos que allí moraban, vino a mí, y acercándose, me dijo: Hermano Saulo, recibe la vista. Y yo en aquella misma hora recobré la vista y lo miré. Y él dijo: El Dios de nuestros padres te ha escogido para que conozcas su voluntad, y veas al Justo, y oigas la voz de su boca. Porque serás testigo suyo a todos los hombres, de lo que has visto y oído. Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre. Y me aconteció, vuelto a Jerusalén, que orando en el templo me sobrevino un éxtasis. Y le vi que me decía: Daté prisa, y sal prontamente de Jerusalén; porque no recibirán tu testimonio acerca de mí. Yo dije: Señor, ellos saben que yo encarcelaba y azotaba en todas las sinagogas a los que creían en ti; y cuando se derramaba la sangre de Esteban tu testigo, yo mismo también estaba presente, y consentía en su muerte, y guardaba las ropas de los que le mataban. Pero me dijo: Ve, porque yo te enviaré lejos a los gentiles. “
Vv. 12—21. El apóstol pasa a relatar cómo fue confirmado en el cambio que había hecho. Habiendo escogido el Señor al pecador, para que conozca su voluntad, es humillado, iluminado y llevado al conocimiento de Cristo y su bendito evangelio. Aquí se llama a Cristo el Justo, porque es Jesucristo el Justo. A los que escoge Dios para que conozcan su voluntad, deben mirar a Jesús, porque por Él nos ha dado Dios a conocer su buena voluntad. El gran privilegio del evangelio, sellado en nosotros por el bautismo, es el perdón de pecados. Bautizaos y lavaos vuestros pecados, esto es, recibid el consuelo del perdón de vuestros pecados en y por medio de Jesucristo, recibid su justicia para ese fin, y recibid poder contra el pecado, para mortificación de vuestras corrupciones. Bautizaos, pero no os apoyéis en el signo, sino aseguraos de la cosa significada, de la eliminación de la inmundicia del pecado. El gran deber del evangelio, al cual estamos ligados por nuestro bautismo es buscar el perdón de nuestros pecados en el nombre de Cristo dependiendo de Él y de su justicia. Dios asigna a sus trabajadores su día y lugar y es apropiado que ellos desempeñen su designación, aunque sea contraria a su voluntad. La providencia nos administra mejor que nosotros mismos; debemos encomendarnos a la dirección de Dios. Si Cristo manda a alguien, su Espíritu va con él y le concede que vea el fruto de sus labores, pero nada puede reconciliar el corazón del hombre con el evangelio fuera de la gracia especial de Dios.
Hechos 22:22-30 “ Y le oyeron hasta esta palabra; entonces alzaron la voz, diciendo: Quita de la tierra a tal hombre, porque no conviene que viva. Y como ellos gritaban y arrojaban sus ropas y lanzaban polvo al aire, mandó el tribuno que le metiesen en la fortaleza, y ordenó que fuese examinado con azotes, para saber por qué causa clamaban así contra él. Pero cuando le ataron con correas, Pablo dijo al centurión que estaba presente: ¿Os es lícito azotar a un ciudadano romano sin haber sido condenado? Cuando el centurión oyó esto, fue y dio aviso al tribuno, diciendo: ¿Qué vas a hacer? Porque este hombre es ciudadano romano. Vino el tribuno y le dijo: Dime, ¿eres tú ciudadano romano? Él dijo: Sí. Respondió el tribuno: Yo con una gran suma adquirí esta ciudadanía. Entonces Pablo dijo: Pero yo lo soy de nacimiento. Así que, luego se apartaron de él los que le iban a dar tormento; y aun el tribuno, al saber que era ciudadano romano, también tuvo temor por haberle atado. Al día siguiente, queriendo saber de cierto la causa por la cual le acusaban los judíos, le soltó de las cadenas, y mandó venir a los principales sacerdotes y a todo el concilio, y sacando a Pablo, le presentó ante ellos.
Vv. 22—30. Los judíos oyeron el relato que Pablo hizo de su conversión, pero la mención de que era enviado a los gentiles era tan contraria a todos sus prejuicios nacionales que no quisieron oír más. La frenética conducta de ellos asombró al oficial romano, que supuso que Pablo debió perpetrar algún delito inmenso. Pablo alegó su privilegio de ciudadano romano que le eximía de todos los juicios y castigos que pudieran forzarlo a confesarse culpable. Su manera de hablar demuestra
claramente cuánta seguridad santa y serenidad mental disfrutaba. Como Pablo era judío en circunstancias adversas, el oficial romano le interrogó cómo había obtenido tan valiosa distinción, pero el apóstol le dijo que había nacido libre. Valoremos la libertad en la cual nacen todos los hijos
de Dios, que ninguna suma de dinero, por grande que sea, puede comprar para los que siguen sin ser regenerados. Esto puso fin de inmediato a su problema. De esta manera, a muchos se les impide hacer cosas malas por temor al hombre, cuando no se los impediría el temor de Dios. El apóstol pregunta, sencillamente, ¿es lícito? Sabía que el Dios al cual servía le sostendría en todos los sufrimientos por amor de su nombre, pero si no era lícito, la religión del apóstol le dirigía a evitarlo si era posible. Él nunca se retrajo de una cruz que su Maestro divino le pusiera en su camino hacia delante; y nunca dio un paso fuera de ese camino por tomar una.
Hechos 23:1-5 “Entonces Pablo, mirando fijamente al concilio, dijo: Varones hermanos, yo con toda buena conciencia he vivido delante de Dios hasta el día de hoy. El sumo sacerdote Ananías ordenó entonces a los que estaban junto a él, que le golpeasen en la boca. Entonces Pablo le dijo: !!¡Dios te golpeará a ti, pared blanqueada! ¿Estás tú sentado para juzgarme conforme a la ley, y quebrantando la ley me mandas golpear? Los que estaban presentes dijeron: ¿Al sumo sacerdote de Dios injurias? Pablo dijo: No sabía, hermanos, que era el sumo sacerdote; pues escrito está: No maldecirás a un príncipe de tu pueblo.
Vv. 1—5. Véase aquí el carácter de un hombre honesto. Pone a Dios delante de sí y vive como delante de su vista. Toma conciencia de lo que dice y hace, se resguarda de lo malo conforme a lo mejor de su discernimiento, y se aferra a lo bueno. Es consciente de todas sus palabras y de su conducta. Los que viven así delante de Dios pueden, como Pablo, tener confianza en Dios y en el hombre. Aunque la respuesta de Pablo contenía un justo reproche y un anuncio, parece haber estado demasiado enojado por el trato que recibió al darla. A los grandes hombres se les puede hablar de sus faltas, y se puede efectuar quejas públicas de una manera apropiada, pero la ley de Dios requiere
respeto por los que están en autoridad.
Hechos 22: 30 “30 Al día siguiente, queriendo saber de cierto la causa por la cual le acusaban los judíos, le soltó de las cadenas, y mandó venir a los principales sacerdotes y a todo el concilio, y sacando a Pablo, le presentó ante ellos.”
Hechos 24 :16” Y por esto procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres.”
2Corintios 1:12” Porque nuestra gloria es esta: el testimonio de nuestra conciencia, que con sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría humana, sino con la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mucho más con vosotros”
2Timoteo 1:3 “ Doy gracias a Dios, al cual sirvo desde mis mayores con limpia conciencia, de que sin cesar me acuerdo de ti en mis oraciones noche y día;”
Juan 18:22 “0 Jesús le respondió: Yo públicamente he hablado al mundo; siempre he enseñado en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y nada he hablado en oculto.”
Hechos 23:6-11 “ Entonces Pablo, notando que una parte era de saduceos y otra de fariseos, alzó la voz en el concilio: Varones hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo; acerca de la esperanza y de la resurrección de los muertos se me juzga. Cuando dijo esto, se produjo disensión entre los fariseos y los saduceos, y la asamblea se dividió. Porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu; pero los fariseos afirman estas cosas. Y hubo un gran vocerío; y levantándose los escribas de la parte de los fariseos, contendían, diciendo: Ningún mal hallamos en este hombre; que, si un espíritu le ha hablado, o un ángel, no resistamos a Dios. Y habiendo grande disensión, el tribuno, teniendo temor de que Pablo fuese despedazado por ellos, mandó que bajasen soldados y le arrebatasen de en medio de ellos, y le llevasen a la fortaleza. A la noche siguiente se le presentó el Señor y le dijo: Ten ánimo, Pablo, pues como has testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques también en Roma.
Vv. 6—11. Los fariseos estaban en lo correcto acerca de la fe de la iglesia judía. Los saduceos no eran amigos de la Escritura ni de la revelación divina; ellos negaban el estado futuro; no tenían la esperanza de la dicha eterna, ni temor de la miseria eterna. Cuando Pablo fue cuestionado por ser cristiano, pudo decir verazmente que había sido cuestionado por la esperanza de la resurrección de los muertos. En él fue justificable, por esta confesión de su opinión sobre este punto debatido, hacer que los fariseos cesaran de perseguirlo y llevarlos a que le protegieron de esta violencia ilícita. ¡Con cuánta facilidad puede Dios defender su propia causa! Aunque los judíos parecían estar perfectamente de acuerdo en su conspiración contra la religión, sin embargo, estaban influidos por motivos muy diferentes. No hay amistad verdadera entre los malos, y en un momento y con gran facilidad Dios puede tornar su unión en enemistad declarada. Las consolaciones divinas sostuvieron a Pablo en la mayor paz; el capitán jefe lo rescató de las manos de los hombres crueles, pero no pudo decir por qué. No debemos temer a quien esté en contra de nosotros si el Señor está con nosotros. La voluntad de Cristo es que sus siervos que son fieles siempre estén jubilosos. Podía pensar que nunca más vería a Roma, pero Dios le dice que hasta en eso él será satisfecho, puesto que desea ir allá sólo por la honra de Cristo y para hacer el bien.
Hechos 24:15,16 “ teniendo esperanza en Dios, la cual ellos también abrigan, de que ha de haber resurrección de los muertos, así de justos como de injustos. Y por esto procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres.”
Hechos 26:4-5 “ Mi vida, pues, desde mi juventud, la cual desde el principio pasé en mi nación, en Jerusalén, la conocen todos los judíos; los cuales también saben que yo desde el principio, si quieren testificarlo, conforme a la más rigurosa secta de nuestra religión, viví fariseo.”
Filipenses 3:5-7 “ circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible. Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.”