Hechos 18: 24-28 “ Llegó entonces a Efeso un judío llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras. Este había sido instruido en el camino del Señor; y siendo de espíritu fervoroso, hablaba y enseñaba diligentemente lo concerniente al Señor, aunque solamente conocía el bautismo de Juan. Y comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga; pero cuando le oyeron Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios. Y queriendo él pasar a Acaya, los hermanos le animaron, y escribieron a los discípulos que le recibiesen; y llegado él allá, fue de gran provecho a los que por la gracia habían creído; porque con gran vehemencia refutaba públicamente a los judíos, demostrando por las Escrituras que Jesús era el Cristo.”
Apolos enseñaba el evangelio de Cristo hasta donde el ministerio de Juan lo había dejado, y no más allá. No podemos dejar de pensar que sabía de la muerte y resurrección de Cristo, pero no estaba informado acerca de su misterio. Aunque no tenía los dones milagrosos del Espíritu, como los apóstoles, usaba los dones que tenía. La dispensación del Espíritu, cualquiera sea su medida, es dada a cada hombre para provecho entero. Era un predicador vivaz y afectuoso, de espíritu ferviente. Estaba lleno de celo por la gloria de Dios y la salvación de almas preciosas. Aquí había un hombre de Dios completo, cabalmente dotado para la obra. Aquila y Priscila animaron su ministerio y lo asistieron. No despreciaron a Apolos ni lo valoraron en poco ante otros, pero consideraron las desventajas bajo las cuales trabajaba. Habiendo ellos mismos obtenido conocimiento de las verdades del evangelio por su larga relación con Pablo, le dijeron lo que sabían. Los estudiantes jóvenes pueden ganar mucho conversando con cristianos viejos. Los que creen por medio de la gracia siguen necesitando ayuda. En la medida que esté en este mundo habrá vestigios de incredulidad y algo que falta en su fe para ser perfeccionada y para completar el trabajo de la fe. Si los judíos se hubieran convencido que Jesús es el Cristo, hasta su propia ley les hubiera enseñado a oírle. El trabajo de los ministros es predicar a Cristo. No sólo predicar la verdad, sino probarla y defenderla, con mansedumbre, aunque con poder.
Hechos 19:1 “Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Efeso, y hallando a ciertos discípulos,”
Hechos 19:3 “Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan.”
1Corintios 1:12 “Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo.”
1Corintios 3:5-6 “¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios.”
1Corintios 4:6 “ Pero esto, hermanos, lo he presentado como ejemplo en mí y en Apolos por amor de vosotros, para que en nosotros aprendáis a no pensar más de lo que está escrito, no sea que por causa de uno, os envanezcáis unos contra otros.”
Tito 3:12 “Cuando envíe a ti a Artemas o a Tíquico, apresúrate a venir a mí en Nicópolis, porque allí he determinado pasar el invierno.”
Romanos 12:11 “ En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor;”
Hechos 19:1-7 “Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Efeso, y hallando a ciertos discípulos, les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo. Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan. Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo. ; y hablaban en lenguas, y profetizaban. Eran por todos unos doce hombres.”
Pablo halló en Éfeso a algunas personas religiosas que consideraban a Jesús como el Mesías. No habían sido llevados a esperar los poderes milagrosos del Espíritu Santo, ni les habían informado que el evangelio era, especialmente, la ministración del Espíritu. Sin embargo, parecían dispuestos para recibir bien esa noticia. Pablo les demuestra que Juan nunca pretendió que los que bautizaba, se quedaran hasta ahí, pero, les decía que debían creer en Aquel que vendría después de Él, esto es, en Cristo Jesús. Ellos aceptaron, agradecidos, esa revelación y fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. El Espíritu Santo descendió a ellos de modo sorprendente y sobrecogedor: hablaron en lenguas y profetizaron, como hacían los apóstoles y los primeros convertidos gentiles. Aunque ahora no esperamos poderes milagrosos, todos los que profesan ser discípulos de Cristo deben ser llamados a que examinen si han recibido el sello del Espíritu Santo con sus influencias santificadoras, para la sinceridad de su fe. Muchos no parecen haber escuchado que hay un Espíritu Santo, y muchos consideran que es una ilusión todo lo que se dice de su gracia y sus consolaciones. De los tales puede preguntarse con propiedad: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados?‖ Porque, evidentemente, desconocen el significado de este signo externo del que dependen tanto.
Mateo 3:11 “Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.”
Hechos 18:25 “Este había sido instruido en el camino del Señor; y siendo de espíritu fervoroso, hablaba y enseñaba diligentemente lo concerniente al Señor, aunque solamente conocía el bautismo de Juan.”
Hechos 2:1-4 “ Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.”
Hechos 10:44-48 “ Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso. Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo. Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios. Entonces respondió Pedro: ¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros?”
Y mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús. Entonces le rogaron que se quedase por algunos días.
Romanos 8:1-2 “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.”
1Corintios 12:3-8 “ Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo. Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu;”
Hechos 19: 8-12 “ Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios. Pero endureciéndose algunos y no creyendo, maldiciendo el Camino delante de la multitud, se apartó Pablo de ellos y separó a los discípulos, discutiendo cada día en la escuela de uno llamado Tiranno. Así continuó por espacio de dos años, de manera que todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús. Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo, de tal manera que aún se llevaban a los enfermos los paños o delantales de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían.”
Cuando las discusiones y las persuasiones sólo endurecen a los hombres en la incredulidad y la blasfemia, debemos separarnos, nosotros y otros, de esa impía compañía. Agradó a Dios confirmar la enseñanza de estos santos varones de antaño para que si sus oyentes no les creían a ellos, pudieran creer por sus obras.
Hechos 9:2 “ y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén.”
Hechos 9:30-31 “Cuando supieron esto los hermanos, le llevaron hasta Cesárea, y le enviaron a Tarso. Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo.”
Hechos 13:12 “Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.”
Hechos 14:4 “Y la gente de la ciudad estaba dividida: unos estaban con los judíos, y otros con los apóstoles.”
Hechos 17:2 “Y Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres días de reposo discutió con ellos,”
Hechos 18:4 “Y discutía en la sinagoga todos los días de reposo y persuadía a judíos y a griegos.”
Hechos 20:20-28 “y cómo nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros, públicamente y por las casas, testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo. Ahora, he aquí, ligado yo en espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me ha de acontecer;3 salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones. Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios. Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros, entre quienes he pasado predicando el reino de Dios, verá más mi rostro. Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios. Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.
Hechos 20:31 “Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno.”
2Timoteo 1:14 “Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros.”
Hechos 19: 13-20 “ Pero algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo. Había siete hijos de un tal Esceva, judío, jefe de los sacerdotes, que hacían esto. Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois? Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnuda y herida. Y esto fue notorio a todos los que habitaban en Éfeso, así judíos como griegos; y tuvieron temor todos ellos, y era magnificado el nombre del Señor Jesús. Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos. Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata. Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor. “
Era corriente, en especial entre los judíos, que las personas trataran de expulsar espíritus malignos. Si resistimos al diablo por fe en Cristo, él huirá de nosotros, pero si pensamos en resistirle usando el nombre de Cristo, o sus obras como conjuro o encantamiento, Satanás nos vencerá. Donde haya verdadera contrición del pecado, habrá una libre confesión de pecado a Dios en toda oración; y confesión a la persona que hayamos ofendido, cuando el caso así lo requiera. Si la palabra de Dios ha prevalecido entre nosotros, con toda seguridad que muchos libros licenciosos, infieles y malos serán quemados por sus dueños. ¿Estos convertidos de Éfeso no se levantarán en juicio contra los profesantes que trafican con tales obras por amor a una ganancia o que se permiten tener tales libros? Si deseamos ser honestos en la gran obra de la salvación, debemos renunciar a toda empresa y deseo que estorbe el efecto del evangelio en la mente o que afloje su dominio en el corazón.
Mateo 12:27 “Si yo expulso a los demonios por el poder de Beelzebú, ¿por el poder de quién los expulsan los hijos de ustedes? Por lo tanto, ellos serán los jueces de ustedes. “
Marcos 9:38 “Juan le dijo: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, pero se lo prohibimos, porque no es de los nuestros.”
Lucas 9:49 “ Entonces Juan le dijo: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, pero se lo prohibimos, porque no anda con nosotros.”
Hechos 2:43” Al ver las muchas maravillas y señales que los apóstoles hacían, todos se llenaban de temor”
Hechos 6:7 “ Conforme crecía el conocimiento de la palabra del Señor, se multiplicaba también el número de los discípulos en Jerusalén, y aun muchos de los sacerdotes llegaron a creer.”
Hechos 12:24 “ Mientras tanto, la palabra del Señor seguía extendiéndose y multiplicándose.”
Hechos 19: 21-31 “Pasadas estas cosas, Pablo se propuso en espíritu ir a Jerusalén, después de recorrer Macedonia y Acaya, diciendo: Después que haya estado allí, me será necesario ver también a Roma. Y enviando a Macedonia a dos de los que le ayudaban, Timoteo y Erasto, él se quedó por algún tiempo en Asia. Hubo por aquel tiempo un disturbio no pequeño acerca del Camino. Porque un platero llamado Demetrio, que hacía de plata templecillos de Diana, daba no poca ganancia a los artífices; a los cuales, reunidos con los obreros del mismo oficio, dijo: Varones, sabéis que de este oficio obtenemos nuestra riqueza; pero veis y oís que este Pablo, no solamente en Efeso, sino en casi toda Asia, ha apartado a muchas gentes con persuasión, diciendo que no son dioses los que se hacen con las manos. Y no solamente hay peligro de que este nuestro negocio venga a desacreditarse, sino también que el templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada, y comience a ser destruida la majestad de aquella a quien venera toda Asia, y el mundo entero. Cuando oyeron estas cosas, se llenaron de ira, y gritaron, diciendo: !Grande es Diana de los efesios! Y la ciudad se llenó de confusión, y a una se lanzaron al teatro, arrebatando a Gayo y a Aristarco, macedonios, compañeros de Pablo. Y queriendo Pablo salir al pueblo, los discípulos no le dejaron. También algunas de las autoridades de Asia, que eran sus amigos, le enviaron recado, rogándole que no se presentase en el teatro.
La gente que venía desde lejos a rendir culto en el templo de Éfeso, compraba pequeños santuarios de plata o modelos del templo, para llevárselos a casa. Nótese aquí cómo los artesanos se aprovechan de la superstición de la gente, y sirven sus propósitos mundanos con ello. Los hombres son celosos de aquello por lo cual obtienen sus riquezas, y muchos se ponen en contra del evangelio de Cristo porque saca a los hombres de todas las malas artes, por mucha que sea la ganancia que obtengan con ellas. Hay personas que defienden lo que es más groseramente absurdo, irracional y falso con que sólo tenga de su lado el interés mundano, como en este caso en que aquellos eran dioses hechos con sus propias manos. Toda la ciudad estaba llena de confusión, que es el efecto común y natural del celo por la religión falsa. El celo por el honor de Cristo, y el amor por los
hermanos, exhorta a los creyentes celosos a correr peligros. A menudo surgen amigos de entre aquellos que son ajenos a la verdadera religión, pero que han visto la conducta honesta y coherente de los cristianos.
Romano 15:24-28 “iré a visitarlos ahora que vaya a España. Espero verlos cuando pase por allá, y que me ayuden a continuar con mi viaje, luego de haber disfrutado de su compañía. Pero ahora voy a Jerusalén para servir a los santos. Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una ofrenda para los pobres que hay entre los santos que están en Jerusalén, pues les pareció que era lo correcto, y se sienten en deuda con ellos. Porque si los que no son judíos han sido hechos partícipes de las bendiciones espirituales, deben también compartir las bendiciones materiales. Así que, cuando esto haya concluido y yo les haya entregado este fruto, pasaré a visitarlos de camino a España,”
Romano 16:23 “Los saluda Gayo, que nos ha hospedado a mí y a toda la iglesia. Los saluda Erasto, el tesorero de la ciudad, y el hermano Cuarto.”
2Timoteo 4:20,10 Erasto se quedó en Corinto, y a Trófimo lo dejé en Mileto, pues estaba enfermo.
Orar es hablar con Dios y decirle lo que sientes, Él conoce lo que hay en tú corazón y por lo que estás pasando, antes de tú abrir tu boca Él ya sabe todo, pero es importante confesarlo delante de Él.
ORACION DE SALVACION
“Amado Dios, acepto a Cristo, ahora mismo como único y exclusivo Salvador de mi alma. Te acepto Jesús, públicamente; no me avergüenzo de ti; perdona mis pecados. Entra a mi corazón. Cambia mi vida. Lávame en tu sangre, y ayúdame a que persevere, firme en tu camino, firme en la Iglesia. Que sea bautizado y que sea lleno del Espíritu Santo. Escribe mi nombre en el Libro de la Vida. Te amo, Jesús. Gracias Jesús, creo en ti y soy salvo ahora. Tu sangre limpió mis pecados. Amen.
Mi correo es: elisacardona59@Hotmail.com
Los judíos pasaron adelante en este tumulto. Los que así se preocupan de distinguirse de los siervos de Cristo ahora, temiendo ser confundidos con ellos, tendrán su correspondiente condena en el gran día. Uno que tenía autoridad acalló, por fin, el barullo. Muy buena regla en todo tiempo, tanto para los asuntos públicos como privados, es no apresurarse a actuar, sino tomarse tiempo para pensar y mantener siempre controladas nuestras pasiones. Debemos conservar la serenidad y no hacer nada con aspereza, ni precipitación de lo que tengamos que arrepentirnos después. Los métodos habituales de la ley siempre deben detener los tumultos populares, cosa que será así en las naciones bien gobernadas. La mayoría de la gente se maravilla ante los juicios de los hombres más que del juicio de Dios. ¡Qué bueno sería si acalláramos de este modo nuestras pasiones y apetitos desordenados, considerando la cuenta que debemos rendir dentro de poco al Juez de cielo y tierra! Nótese cómo mantiene la paz pública la providencia suprema de Dios, por un poder inexplicable sobre los espíritus de los hombres. Así se mantiene al mundo con cierto orden y se frena a los hombres para que no se coman unos a otros. Apenas miramos a nuestro alrededor sin ver hombres que se comportan como Demetrio y los artífices. Contender con bestias salvajes es tan seguro como con los hombres enfurecidos por el celo partidario y la codicia desencantada, que piensan que todos los argumentos quedan sin respuesta, cuando han mostrado que ellos se enriquecen por medio de las prácticas a las cuales surgió oposición. Cualquiera sea el bando que este espíritu adopte en las disputas religiosas, o cualquiera sea el nombre que tome, es tan mundano que debe ser repudiado por todos los que guardan la verdad y la piedad. No desfallezcamos: el Señor de lo alto es más poderoso que el ruido de muchas aguas; Él puede aquietar la furia de la gente.
Hechos 12:17 “Pero Pedro les hizo señas con la mano para que callaran, y entonces les contó cómo el Señor lo había sacado de la cárcel. Y añadió: «Digan esto a Jacobo y a los hermanos.» Luego salió, y se fue a otro lugar.”
Hechos 13:7 “que estaba con el procónsul Sergio Paulo, quien era un varón muy prudente. Sergio Paulo mandó llamar a Bernabé y a Saulo, porque deseaba oír la palabra de Dios.”
Hechos 18:19-20 “ Cuando llegaron a Éfeso, Pablo los dejó y entró luego a la sinagoga, donde empezó a debatir con los judíos.0 Éstos le rogaban que se quedara con ellos más tiempo, pero él no aceptó.”
Hechos 21:24 “ Ve y purifícate con ellos, y paga para que les rasuren la cabeza. Así todos comprenderán que no es cierto lo que supieron acerca de ti, y que también tú obedeces la ley.”
1 Timoteo 1:18-20 “ Timoteo, hijo mío, te encargo este mandamiento para que, conforme a las profecías que antes se hicieron acerca de ti, presentes por ellas la buena batalla 19 y mantengas la fe y la buena conciencia, que por desecharlas algunos naufragaron en cuanto a la fe, 20 entre ellos Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar.”
2 Timoteo 4:14 “ Alejandro, el calderero, me ha causado mucho daño; que el Señor le pague conforme a sus hechos.”
Romano 2:22 “Tú que dices que no se debe cometer adulterio, ¿adulteras? Tú que detestas a los ídolos, ¿robas en los templos?”
Hechos 20:1-12 “Una vez que se calmó el alboroto, Pablo llamó a los discípulos y, luego de animarlos y abrazarlos, se despidió de ellos y se fue a Macedonia. Después de recorrer aquellas regiones y de animar a los hermanos con largos discursos, se dirigió a Grecia, donde estuvo tres meses. Pero como los judíos le tendieron una emboscada cuando él estaba por embarcarse rumbo a Siria, decidió regresar por Macedonia. Lo acompañaron Sópater de Berea, Aristarco y Segundo, de Tesalónica; Gayo, de Derbe; Timoteo, y Tíquico y Trófimo, de Asia. Pero ellos se adelantaron y nos esperaron en Troas. Nosotros salimos de Filipos en barco, después de la fiesta de los panes sin levadura, y cinco días después nos reunimos con ellos en Troas. Allí nos quedamos siete días. El primer día de la semana los discípulos se reunieron para partir el pan, y Pablo estuvo enseñándoles. Pero como tenía que salir al día siguiente, alargó su discurso hasta la medianoche. En el aposento alto donde se habían reunido había muchas lámparas. Un joven que se llamaba Eutico estaba sentado en la ventana del tercer piso. Como Pablo se extendió demasiado en su predicación, a Eutico lo venció el sueño y se cayó, así que cuando lo levantaron estaba muerto. Entonces Pablo bajó y se echó sobre él, lo abrazó y dijo: «No se alarmen. Está vivo.» Después volvió a subir, y partió el pan y comió; luego siguió hablando hasta que amaneció, y entonces se fue. Para consuelo de todos, al joven se lo llevaron vivo.
Si Cristo hubiera dado su vida en rescate sin volver a tomarla, no se hubiera manifestado que su ofrenda había sido aceptada como satisfacción. Fue una gran prueba para María que el cuerpo hubiera desaparecido. Los creyentes débiles suelen hacer materia de lamento precisamente aquello que es fundamento justo de esperanza, y materia de gozo. Está bien que los más honrados que otros con los privilegios de los discípulos sean más activos en los deberes de los discípulos: más dispuestos a aceptar dolores y correr riesgos en una buena obra. Debemos hacer lo mejor que podamos sin envidiar a quienes puedan hacer aún mejor, ni despreciar a los que hacen lo mejor que pueden aunque se queden atrás. El discípulo a quien Jesús amaba de manera especial y que, por tanto, amaba de manera especial a Jesús, llegó primero. El amor de Cristo nos hará abundar en todo deber más que en cualquier otra cosa. El que se quedó atrás fue Pedro, que había negado a Cristo. El sentido de culpa nos obstaculiza en el servicio de Dios. Todavía los discípulos no sabían la Escritura; no consideraban ni aplicaban lo que conocían de la Escritura: que Cristo debía resucitar de entre los muertos.
Hechos 11:26 “Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?”
1 Corintios 16:5 “ Tengo que pasar por Macedonia. Así que luego de pasar por allí iré a visitarlos “
1 Timoteo 1-3 “Cuando fui a Macedonia, te rogué que te quedaras en Éfeso para que mandaras a algunos que no enseñaran una doctrina diferente,”
2 Corintios 11:26 “Son muchas las veces que he estado de viaje corriendo peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de mi propia gente, peligros de los no judíos, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos.
Hechos 20:13-18 “ Nosotros nos embarcamos antes, y navegamos hasta Asón, donde teníamos que recoger a Pablo, pues él había decidido ir allá por tierra. Cuando se reunió con nosotros en Asón, subió a bordo y nos fuimos a Mitilene. Partimos de allí, y al día siguiente estábamos frente a Quío. Al otro día tocamos puerto en Samos, y un día después llegamos a Mileto. Pablo se apresuraba porque, de ser posible, quería estar en Jerusalén el día de Pentecostés, así que había decidido pasar de largo a Éfeso y no detenerse en Asia. Desde Mileto Pablo envió un mensaje a los ancianos de la iglesia de Éfeso, para que se reunieran con él.
Probablemente busquemos y encontremos cuando buscamos con afecto y buscamos con lágrimas. Sin embargo, muchos creyentes se quejan de las nubes y tinieblas bajo las cuales se hallan, que son métodos de la gracia para humillar sus almas, mortificar sus pecados y hacerles querido a Cristo. No basta con ver ángeles y sus sonrisas, sin ver a Jesús y la sonrisa de Dios en Él. Nadie, sino quien las ha saboreado, sabe las penas de un alma abandonada, que tuvo las consoladoras pruebas del amor de Dios en Cristo, y esperanzas del cielo, pero que, ahora, las perdió y anda en tinieblas; ¿quién puede soportar ese espíritu herido? Al manifestarse a quienes le buscan, Cristo sobrepasa a menudo sus expectativas. Véase como el corazón de María anhelaba encontrar a Jesús. El modo de Cristo para darse a conocer a su pueblo es su palabra que, aplicada a sus almas les habla en particular. Podría leerse: ¿Es mi Maestro? Véase con cuánto placer quienes aman a Jesús hablan de su autoridad sobre ellos. Él le impide esperar que su presencia corporal continúe, Él no estaba más en el mundo; ella debe mirar más arriba y más allá del estado presente de las cosas. Nótese la relación con Dios por la unión con Cristo. Al participar nosotros de la naturaleza divina, el Padre de Cristo es nuestro Padre; y, al participar Él de la naturaleza humana, nuestro Dios es su Dios. La ascensión de Cristo al cielo para interceder por nosotros allí es como un consuelo inexplicable. Que ellos no piensen que esta tierra será su hogar y reposo; sus ojos y sus miras y sus deseos anhelosos deben estar en otro mundo y aun hasta en sus corazones: yo asciendo, por tanto, debo procurar las cosas que están en lo alto. Y que los que conocen la palabra de Cristo se propongan que otros obtengan el beneficio de su conocimiento.
Hechos 20:18-25 Cuando los ancianos llegaron, les dijo: Ustedes saben cómo me he comportado todo el tiempo, desde el primer día que entré en Asia. Saben que he servido al Señor con toda humildad y con muchas lágrimas, y que he sido puesto a prueba por las intrigas de los judíos. También saben que no me he negado a serles útil, y que en público y en las casas he anunciado y enseñado a los judíos y a los no judíos que deben volverse a Dios, y tener fe en nuestro Señor Jesucristo. Ahora voy a Jerusalén, llevado por el Espíritu, pero no sé lo que allá me espera, a no ser lo que el Espíritu Santo me ha confirmado en todas las ciudades, de que me esperan cárceles y tribulaciones. Pero eso a mí no me preocupa, pues no considero mi vida de mucho valor, con tal de que pueda terminar con gozo mi carrera y el ministerio que el Señor Jesús me encomendó, de hablar del evangelio y de la gracia de Dios. Yo sé que no me volverá a ver ninguno de ustedes, entre quienes he estado proclamando el reino de Dios;
Este era el primer día de la semana y, después, este día es mencionado a menudo por los escritores sagrados, porque fue evidentemente apartado como el día de reposo cristiano en memoria de la resurrección de Cristo. Los discípulos habían cerrado las puertas por miedo a los judíos; y cuando no tenían esa expectativa, el mismo Jesús vino y se paró en el medio de ellos, habiendo abierto las puertas en forma milagrosa aunque silenciosa. Consuelo para los discípulos de Cristo es que ninguna puerta puede dejar fuera la presencia de Cristo, cuando sus asambleas pueden realizarse sólo en privado. Cuando Él manifiesta su amor por los creyentes por medio de las consolaciones de su Espíritu, les asegura que debido a que Él vive, también ellos vivirán. Ver a Cristo alegrará el corazón del discípulo en cualquier momento, y mientras más veamos a Cristo, más nos regocijaremos. Él dijo: Recibid el Espíritu Santo, demostrando así que su vida espiritual, y su habilidad para hacer la obra, derivará y dependerá de Él. Toda palabra de Cristo que sea recibida por fe en el corazón, viene acompañada de ese soplo divino; y sin Él no hay luz ni vida. Nada se ve, conoce, discierne ni siente de Dios sino por medio de éste. Cristo mandó, después de esto, a los apóstoles a que anunciaran el único método por el cual será perdonado el pecado. Este poder no existía en absoluto en los apóstoles en cuanto poder para dar juicio, sino sólo como poder para declarar el carácter de aquellos a quienes Dios aceptará o rechazará en el día del juicio. Ellos han sentado claramente las características por medio de las cuales puede discernirse a un hijo de Dios y ser distinguido de un falso profesante y, conforme a lo que ellos hayan declarado, cada caso será decidido en el día del juicio. Cuando nos reunimos en el nombre de Cristo, especialmente en su día santo, Él se encontrará con nosotros y nos hablará de paz. Los discípulos de Cristo deben emprender la edificación de su santísima fe de unos a otros, repitiendo a los que estuvieron ausentes lo que oyeron, y dando a conocer lo que han experimentado. Tomás limitó al Santo de Israel, cuando quería ser convencido por su propio método, y no de otra manera. Podría haber sido dejado, con justicia, en su incredulidad, luego de rechazar tan abundantes pruebas. Los temores y las penas de los discípulos suelen ser prolongadas para castigar su negligencia.
Orar es hablar con Dios y decirle lo que sientes, Él conoce lo que hay en tú corazón y por lo que estás pasando, antes de tú abrir tu boca Él ya sabe todo, pero es importante confesarlo delante de Él.
ORACION DE SALVACION
“Amado Dios, acepto a Cristo, ahora mismo como único y exclusivo Salvador de mi alma. Te acepto Jesús, públicamente; no me avergüenzo de ti; perdona mis pecados. Entra a mi corazón. Cambia mi vida. Lávame en tu sangre, y ayúdame a que persevere, firme en tu camino, firme en la Iglesia. Que sea bautizado y que sea lleno del Espíritu Santo. Escribe mi nombre en el Libro de la Vida. Te amo, Jesús. Gracias Jesús, creo en ti y soy salvo ahora. Tu sangre limpió mis pecados. Amen.
Mi correo es: elisacardona59@Hotmail.com
Escribir comentario