HECHOS DE LOS APÓSTOLES 14

10:1-8- Había en cesarea un hombre llamado Cornelio, centurión de la compañía llamada la Italiana, piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre.  Este vio claramente en una visión, como a la hora novena del día, que un ángel de Dios entraba donde él estaba, y le decía: Cornelio.  El, mirándole fijamente, y atemorizado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y le dijo: Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios. Envía, pues, ahora hombres a Jope, y haz venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro. Este posa en casa de cierto Simón curtidor, que tiene su casa junto al mar; él te dirá lo que es necesario que hagas.  Ido el ángel que hablaba con Cornelio, éste llamó a dos de sus criados, y a un devoto soldado de los que le asistían; a los cuales envió a Jope, después de haberles contado todo.


 

Cornelio: Un devoto centurión de Cesárea Era «temeroso de Dios», o sea, era un prosélito del judaísmo, celoso y caritativo. Sin embargo, no era salvo por sus buenas obras.  Dios le habló mediante una visión, e hizo llamar a Pedro, creyendo en el Señor por su predicación; recibió el Espíritu Santo, junto con los amigos que

 

estaban con él, y fue bautizado.

 

Hasta ahora nadie había sido bautizado en la Iglesia cristiana salvo judíos, samaritanos y los prosélitos que habían sido circuncidados, y observaban la ley ceremonial; pero, ahora, los gentiles eran llamados a participar de todos los privilegios del pueblo de Dios sin tener que hacerse judíos primero. La religión pura y sin contaminación se halla, a veces, donde menos la esperamos. Dondequiera que el temor de Dios reine en el corazón, se manifestará en obras de caridad y de la piedad sin que una sea excusa de la otra. Era indudable que Cornelio tenía fe verdadera en la palabra de Dios, en la medida que la entendía, aunque aún no tenía una fe clara en Cristo. Esta fue la obra del Espíritu de Dios, por la mediación de Jesús, aun antes que Cornelio lo conociera, como ocurre con todos nosotros, que antes estábamos muertos en pecado, cuando somos vivificados. Por medio de Cristo también fueron aceptadas sus oraciones y limosnas que, de otro modo, hubieran sido rechazadas. Cornelio fue obediente, sin debate ni demora, a la visión celestial. No perdamos tiempo en los asuntos de nuestras almas.

 

Apocalipsis  8:4 “Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos.”

 

Mateo 26:13  “De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella.”

 

1Corintios 12:13  Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.

 

Gálatas 2:11-12 Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión.”

 

Gálatas 3:25-29 “Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo,  pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús;  porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.  Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.”

 

Hechos 9:36-43” Había entonces en Jope una discípula llamada Tabita, que traducido quiere decir, Dorcas. Esta abundaba en buenas obras y en limosnas que hacía. Y aconteció que en aquellos días enfermó y murió. Después de l avada, la pusieron en una sala.  Y como Lida estaba cerca de Jope, los discípulos, oyendo que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, a rogarle: No tardes en venir a nosotros.  Levantándose entonces Pedro, fue con ellos; y cuando llegó, le llevaron a la sala, donde le rodearon todas las viudas, llorando y mostrando las túnicas y los vestidos que Dorcas hacía cuando estaba con ellas. Entonces, sacando a todos, Pedro se puso de rodillas y oró; y volviéndose al cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó.”  Y él, dándole la mano, la levantó; entonces, llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva.  Esto fue notorio en toda Jope, y muchos creyeron en el Señor.  Y aconteció que se quedó muchos días en Jope en casa de un cierto Simón, curtidor”

 

10:9-16- Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea para orar, cerca de la hora sexta. Y tuvo gran hambre, y quiso comer; pero mientras le preparaban algo, le sobrevino un éxtasis; y vio el cielo abierto, y que descendía algo semejante a un gran lienzo, que atado de las cuatro puntas era bajado a la tierra;  en el cual había de todos los cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves del cielo. Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come.  Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás.  Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común. Esto se hizo tres veces; y aquel lienzo volvió a ser recogido en el cielo.

 

 

Los prejuicios de Pedro contra los gentiles le hubieran impedido ir a casa de Cornelio si el Señor no lo hubiera preparado para este servicio. Decir a un judío que Dios había ordenado que esos animales fueran reconocidos como limpios, cuando hasta ahora eran considerados inmundos, era decir efectivamente que la ley de Moisés estaba terminada. Pronto se dio a conocer a Pedro su significado. Dios sabe qué servicios tenemos por delante y sabe prepararnos, y nosotros entenderemos el significado de lo que nos ha enseñado, cuando hallemos la ocasión para usarlo

 

Tres veces vio Pedro una visión de animales tenidos por inmundos, y en cada una de ellas una voz celestial insistió en que los comiera, en violación de las creencias judías. Esta triple visión buscaba mostrar a Pedro que Dios no hace acepción de personas, y que él debía estar listo para acompañar a los extranjeros a la residencia de su amo gentil. Probablemente Pedro no habría visitado a Cornelio si Dios no le habla directamente.

 

10:17-23- Y mientras Pedro estaba perplejo dentro de sí sobre lo que significaría la visión que había visto, he aquí los hombres que habían sido enviados por Cornelio, los cuales, preguntando por la casa de Simón, llegaron a la puerta. Y llamando, preguntaron si moraba allí un Simón que tenía por sobrenombre Pedro. Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan. Levántate, pues, y desciende y no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado.  Entonces Pedro, descendiendo a donde estaban los hombres que fueron enviados por Cornelio, les dijo: He aquí, yo soy el que buscáis; ¿cuál es la causa por la que habéis venido? Ellos dijeron: Cornelio el centurión, varón justo y temeroso de Dios, y que tiene buen testimonio en toda la nación de los judíos, ha recibido instrucciones de un santo ángel, de hacerte venir a su casa para oír tus palabras.  Entonces, haciéndoles entrar, los hospedó. Y al día siguiente, levantándose, se fue con ellos; y le acompañaron algunos de los hermanos de Jope.

 

 

Cuando vemos claramente nuestro llamado a un servicio, no debemos confundirnos con dudas y escrúpulos que surjan de prejuicios o de ideas anteriores. Cornelio había reunido a sus amigos para que participaran con él de la sabiduría celestial que esperaba de Pedro. No codiciemos comer a solas nuestros bocados espirituales. Debemos considerarlos como dados y recibidos en señal de bondad y respeto para con nuestros parientes y amistades para invitarlos a unirse con nosotros en los ejercicios religiosos.

 

10:24-33-Al otro día entraron en Cesárea. Y Cornelio los estaba esperando, habiendo convocado a sus parientes y amigos más íntimos.  Cuando Pedro entró, salió Cornelio a recibirle, y postrándose a sus pies, adoró. Mas Pedro le levantó, diciendo: Levántate, pues yo mismo también soy hombre. Y hablando con él, entró, y halló a muchos que se habían reunido. Y les dijo: Vosotros sabéis cuán abominable es para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero; pero a mí me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo; por lo cual, al ser llamado, vine sin replicar. Así que pregunto: ¿Por qué causa me habéis hecho venir? Entonces Cornelio dijo: Hace cuatro días que a esta hora yo estaba en ayunas; y a la hora novena, mientras oraba en mi casa, vi que se puso delante de mí un varón con vestido resplandeciente,  y dijo: Cornelio, tu oración ha sido oída, y tus limosnas han sido recordadas delante de Dios. Envía, pues, a Jope, y haz venir a Simón el que tiene por sobrenombre Pedro, el cual mora en casa de Simón, un curtidor, junto al mar; y cuando llegue, él te hablará. Así que luego envié por ti; y tú has hecho bien en venir. Ahora, pues, todos nosotros estamos aquí en la presencia de Dios, para oír todo lo que Dios te ha mandado.

 


 

Cornelio declara la orden que Dios le dio de mandar a buscar a Pedro. Estamos en lo correcto en nuestros objetivos al asistir a un ministerio del evangelio, cuando lo hacemos con reverencia por la cita divina, que nos pide que hagamos uso de esa ordenanza. ¡Con qué poca frecuencia se pide a los ministros que hablen a estos grupos, por pequeños que sean, de los que puede decirse que están todos presentes, a la vista de Dios, para oír todas las cosas que Dios manda! Sin embargo, estos estaban listos para oír lo que Dios mandó decir a Pedro.

 

El descenso del Espíritu Santo sobre Cornelio es de inmensa importancia para la iglesia primitiva, por cuanto marcó la entrada de los gentiles en su seno, los samaritanos eran medio judíos. En lo sucesivo el Espíritu era dado a todos aquellos que, fuera cual fuera su origen, oyeran con fe las buenas nuevas del Señor Jesucristo. Pero precisa a este respecto que Cornelio y sus amigos, en el momento de su conversión fueron bautizados con el Espíritu Santo como los discípulos en Pentecostés.

 

 

 

10:34-43-Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia.  Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo; éste es Señor de todos. Vosotros sabéis lo que se divulgó por toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que predicó Juan: cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. Y nosotros somos testigos de todas las cosas que Jesús hizo en la tierra de Judea y en Jerusalén; a quien mataron colgándole en un madero. A éste levantó Dios al tercer día, e hizo que se manifestase;  no a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios había ordenado de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con él después que resucitó de los muertos. Y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos. De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre.

 

El hecho de que Dios no haga acepción de personas pone de manifiesto el deseo de que todo el mundo, independientemente de su nacionalidad o grupo étnico, escuche el evangelio y crea. En Cristo no hay barreras, en cambio, ofrece su amor   y su gracia y cualquiera puede recibirlos.

 

Pablo no sugiere que la salvación sea posible aparte de la obra redentora de Cristo; en lugar de ello, hace énfasis que a través de Cristo los pueblos de todas las naciones pueden ser salvos, aunque no sean judíos. 

 

 

La aceptación no puede obtenerse sobre otro fundamento que no sea el del pacto de misericordia por la expiación hecha por Cristo, pero dondequiera que se halle la religión verdadera, Dios la aceptará sin consideración de denominaciones o sectas. El temor de Dios y las obras de justicia son la sustancia de la religión verdadera, los efectos de la gracia especial. Aunque estos no son la causa de la aceptación del hombre, sin embargo, la indican; y, les falte lo que les faltare en conocimiento o fe, les será dado en el momento debido por Aquel que la empezó. —Ellos conocían en general la palabra, esto es, el evangelio que Dios envió a los hijos de Israel. La intención de esta palabra era que Dios publicara por su intermedio la buena nueva de la paz por Jesucristo. Ellos conocían los diversos hechos relacionados al evangelio. Conocían el bautismo de arrepentimiento que Juan predicó. Sepan ellos que este Jesucristo, por quien se hace la paz entre Dios y el hombre, es Señor de todo; no sólo sobre todo, Dios bendito por los siglos, sino como Mediador. Toda potestad en el cielo y en la tierra es puesta en su mano, y todo juicio le fue encargado. Dios irá con los que Él unja; estará con aquellos a quienes haya dado su Espíritu. —Entonces, Pedro declara la resurrección de Cristo de entre los muertos, y sus pruebas. La fe se refiere a un testimonio, y la fe cristiana está edificada sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, sobre el testimonio dado por ellos. —Véase lo que debe creerse acerca de él: que todos son responsables de rendir cuentas a Cristo, en cuanto es nuestro Juez; así cada uno debe procurar su favor y tenerlo como nuestro Amigo. Si creemos en Él, todos seremos justificados por Él como Justicia nuestra. La remisión de pecados pone el fundamento para todos los demás favores y bendiciones, sacando del camino todo lo que obstaculice su concesión. Si el pecado es perdonado, todo está bien y terminará bien para siempre.

 

10:44-48-Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oía el discurso. Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo. Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios. Entonces respondió Pedro: ¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros?  Y mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús. Entonces le rogaron que se quedase por algunos días.

 


 

El Espíritu Santo cayó sobre otros después que fueron bautizados, para confirmarlos en la fe, pero sobre estos gentiles descendió antes que fueran bautizados para demostrar que Dios no se limita a señales externas. El Espíritu Santo descendió sobre los que ni siquiera estaban circuncidados ni bautizados; el Espíritu es el que vivifica, la carne de nada aprovecha. Ellos magnificaron a Dios, y hablaron de Cristo y de los beneficios de la redención. Cualquiera sea el don con que estemos dotados, debemos honrar a Dios con él. Los judíos creyentes que estaban presentes quedaron atónitos de que el don del Espíritu Santo fuera derramado también sobre los gentiles. Debido a nociones erróneas de las cosas nos creamos dificultades acerca de los métodos de la providencia y la gracia divina. Como fueron innegablemente bautizados con el Espíritu Santo, Pedro concluyó que no había que rehusarles el bautismo de agua, y la ordenanza fue administrada. El argumento es concluyente: ¿podemos negar la señal a los que han recibido las cosas significadas por la señal? Los que familiarizados con Cristo no pueden sino desear más. Aun los que han recibido al Espíritu Santo deben ver su necesidad de aprender diariamente más de la verdad.

 

 

 

Así como los creyentes Judíos recibieron el Espíritu y alabaron a Dios en lenguas Pentecostés, estos creyentes gentiles recibieron  idéntico don.  Los judíos cristianos que estaban presentes supieron que los gentiles habían recibido el Don del Espíritu Santo, porque los oían que hablaban en lenguas. Esas lenguas eran por lo menos un medio para evidenciar que se había recibido el Bautismo del Espíritu Santo. En el Antiguo Testamento sólo recibieron el Espíritu Santo aquellos que eran objeto de un llamado especial de Dios  o ungidos por el Señor. Pero bajo el nuevo pacto a todos los creyentes se les ofrece la promesa del Padre, la activa presencia del Espíritu Santo.

 

 

 

Hechos 2:38 “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.”

 

Hechos 4:31 “ Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la Palabra de Dios.

 

Hechos 8:15-16 “Los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo; porque aún o había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el Nombre de Jesús.

 

Hechos 8:36-38 “Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. Y mandó a parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó.”

 

Hechos 11:15 “Y cuando comencé hablar, cayó el Espíritu Santo sobre ellos también, como sobre nosotros al principio.”

 

Hechos 11:17-18 “Si Dios, pues, les concedió también el mismo don que a nosotros  que hemos creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo que pudiese estorbar a Dios? Entonces, oídas estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: ¡De manera que también a los gentiles ha dado a Dios arrepentimiento para vida!”

 

Hechos 15:8 “Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros.”

 

 

 

Hechos 19:4-5 “Dijo Pablo: Juan bautizó  con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo. Cuando fueron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús el Cristo.”

 

1Corintios 1:17 “Pues no me envió Cristo a bautizar, si no a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la Cruz de Cristo.”

 

11:1-18 - Oyeron los apóstoles y los hermanos que estaban en Judea, que también los gentiles habían recibido la palabra de Dios.  Y cuando Pedro subió a Jerusalén, disputaban con él los que eran de la circuncisión,  diciendo: ¿Por qué has entrado en casa de hombres incircuncisos, y has comido con ellos?  Entonces comenzó Pedro a contarles por orden lo sucedido, diciendo:  Estaba yo en la ciudad de Jope orando, y vi en éxtasis una visión; algo semejante a un gran lienzo que descendía, que por las cuatro puntas era bajado del cielo y venía hasta mí.  Cuando fijé en él los ojos, consideré y vi cuadrúpedos terrestres, y fieras, y reptiles, y aves del cielo.  Y oí una voz que me decía: Levántate, Pedro, mata y come.  Y dije: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda entró jamás en mi boca.  Entonces la voz me respondió del cielo por segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común.  Y esto se hizo tres veces, y volvió todo a ser llevado arriba al cielo.  Y he aquí, luego llegaron tres hombres a la casa donde yo estaba, enviado a mí desde Cesárea.   Y el Espíritu me dijo que fuese con ellos sin dudar. Fueron también conmigo estos seis hermanos, y entramos en casa de un varón, quien nos contó cómo había visto en su casa un ángel, que se puso en pie y le dijo: Envía hombres a Jope, y haz venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro;  él te hablará palabras por las cuales serás salvo tú, y toda tu casa.  Y cuando comencé a hablar, cayó el Espíritu Santo sobre ellos también, como sobre nosotros al principio.  Entonces me acordé de lo dicho por el Señor, cuando dijo: Juan ciertamente bautizó en agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo.  Si Dios, pues, les concedió también el mismo don que a nosotros que hemos creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo que pudiese estorbar a Dios?  Entonces, oídas estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo! De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!

 


 

PEDRO COMENZÓ A CONTARLES POR ORDEN LO SUCEDIDO EN EL ÉXTASIS UNA VISION

 

El estado imperfecto de la naturaleza humana se manifiesta con mucha fuerza, cuando personas santas se molestan aun al oír que se ha recibido la palabra de Dios, porque no se prestó atención a su método. Somos muy dados a desesperar de hacer el bien a los que, al probarlos, muestran que tienen deseos de ser enseñados. Causa de la ruina y daño de la iglesia es excluir de ella, y del beneficio de los medios de gracia, a los que no son como nosotros en todo. Pedro contó todo lo pasado. En todo momento debemos soportar las debilidades de nuestros hermanos y, en lugar de ofendernos o de contestar tibiamente, debemos explicar los motivos y mostrar la naturaleza de nuestros procedimientos. —Ciertamente es correcta la predicación con la que se da el Espíritu Santo. Aunque los hombres son muy celosos de sus propios reglamentos, deben cuidarse de no resistir a Dios; y quienes aman al Señor le glorificarán cuando se aseguren que ha otorgado arrepentimiento para vida a todos sus congéneres pecadores. El arrepentimiento es don de Dios; no sólo lo acepta su libre gracia; su gracia omnipotente obra en nosotros, la gracia quita el corazón de piedra y nos da uno de carne. El sacrificio de Dios es un espíritu quebrantado

 

Hechos 10.44-45  Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso.  Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo.  Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios.  Entonces respondió Pedro: ¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros? Y mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús. Entonces le rogaron que se quedase por algunos días.

 

Hechos 10:28  “Y les dijo: Vosotros sabéis cuán abominable es para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero; pero a mí me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo;”

 

Hechos 10:9-17 Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea para orar, cerca de la hora sexta.  Y tuvo gran hambre, y quiso comer; pero mientras le preparaban algo, le sobrevino un éxtasis;  y vio el cielo abierto, y que descendía algo semejante a un gran lienzo, que atado de las cuatro puntas era bajado a la tierra;  en el cual había de todos los cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves del cielo. Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come.  Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás.  Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común.  Esto se hizo tres veces; y aquel lienzo volvió a ser recogido en el cielo. Y mientras Pedro estaba perplejo dentro de sí sobre lo que significaría la visión que había visto, he aquí los hombres que habían sido enviados por Cornelio, los cuales, preguntando por la casa de Simón, llegaron a la puerta.

 

Hechos 10:18-25  Y llamando, preguntaron si moraba allí un Simón que tenía por sobrenombre Pedro. Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan.  Levántate, pues, y desciende y no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado.  Entonces Pedro, descendiendo a donde estaban los hombres que fueron enviados por Cornelio, les dijo: He aquí, yo soy el que buscáis; ¿cuál es la causa por la que habéis venido? Ellos dijeron: Cornelio el centurión, varón justo y temeroso de Dios, y que tiene buen testimonio en toda la nación de los judíos, ha recibido instrucciones de un santo ángel, de hacerte venir a su casa para oír tus palabras.  Entonces, haciéndoles entrar, los hospedó. Y al día siguiente, levantándose, se fue con ellos; y le acompañaron algunos de los hermanos de Jope. Al otro día entraron en Cesárea. Y Cornelio los estaba esperando, habiendo convocado a sus parientes y amigos más íntimos.  Cuando Pedro entró, salió Cornelio a recibirle, y postrándose a sus pies, adoró.

 

Hechos 10: 26-32 Mas Pedro le levantó, diciendo: Levántate, pues yo mismo también soy hombre. Y hablando con él, entró, y halló a muchos que se habían reunido. Y les dijo: Vosotros sabéis cuán abominable es para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero; pero a mí me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo; por lo cual, al ser llamado, vine sin replicar. Así que pregunto: ¿Por qué causa me habéis hecho venir? Entonces Cornelio dijo: Hace cuatro días que a esta hora yo estaba en ayunas; y a la hora novena, mientras oraba en mi casa, vi que se puso delante de mí un varón con vestido resplandeciente,  y dijo: Cornelio, tu oración ha sido oída, y tus limosnas han sido recordadas delante de Dios.  Envía, pues, a Jope, y haz venir a Simón el que tiene por sobrenombre Pedro, el cual mora en casa de Simón, un curtidor, junto al mar; y cuando llegue, él te hablará

 

Hechos 15:7-9 “Y después de mucha discusión, Pedro se levantó y les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen.  Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros;  y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones.

 

 

11:19-26  Ahora bien, los que habían sido esparcidos a causa de la persecución que hubo con motivo de Esteban, pasaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, no hablando a nadie la palabra, sino sólo a los judíos. Pero había entre ellos unos varones de Chipre y de Cirene, los cuales, cuando entraron en Antioquía, hablaron también a los griegos, anunciando el evangelio del Señor Jesús. Y la mano del Señor estaba con ellos, y gran número creyó y se convirtió al Señor. Llegó la noticia de estas cosas a oídos de la iglesia que estaba en Jerusalén; y enviaron a Bernabé que fuese hasta Antioquía.  Este, cuando llegó, y vio la gracia de Dios, se regocijó, y exhortó a todos a que con propósito de corazón permaneciesen fieles al Señor. Porque era varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe. Y una gran multitud fue agregada al Señor. Después fue Bernabé a Tarso para buscar a Saulo; y hallándole, le trajo a Antioquía.  Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.

 

 

 

 


 

Los primeros predicadores del evangelio en Antioquía fueron dispersados desde Jerusalén por la persecución; de ese modo lo que pretendía dañar la Iglesia, se hizo que obrara para su bien. La ira del hombre se convierte en alabanza a Dios. ¿Qué deben predicar los ministros de Cristo sino a Cristo? ¿A Cristo, y crucificado? ¿A Cristo, y glorificado? La predicación de ellos fue acompañada de poder divino. La mano del Señor estaba con ellos para llevar a los corazones y a las conciencias de los hombres lo que sólo se podía decir al oído externo. Ellos creyeron, fueron convencidos de la verdad del evangelio. Se convirtieron desde una manera de vivir carnal e indolente a una vida santa, espiritual y celestial. Se convirtieron de adorar a Dios para ser vistos y por formalismo a adorarle en Espíritu y en verdad. Se convirtieron al Señor Jesús que llegó a ser todo en todo para ellos. Esta fue la obra de conversión realizada en ellos y la que debe efectuarse en cada uno de nosotros. Fue fruto de su fe; todos los que creen sinceramente, se convertirán al Señor. Cuando se predica al Señor Jesús con claridad, y conforme a las Escrituras, Él dará éxito; y cuando los pecadores son de esta manera llevados al Señor, los hombres realmente buenos, que están llenos de fe y del Espíritu Santo, admirarán y se regocijarán en la gracia de Dios concedida a ellos. Bernabé estaba lleno de fe; lleno de la gracia de la fe, y lleno de los frutos de la fe que obra por amor.

 

 

 

Hechos 4:36 “Entonces José, a quien los apóstoles pusieron por sobrenombre Bernabé (que traducido es, Hijo de consolación), levita, natural de Chipre,”

 

 

Hechos 11:23-25  Este, cuando llegó, y vio la gracia de Dios, se regocijó, y exhortó a todos a que con propósito de corazón permaneciesen fieles al Señor.  Porque era varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe. Y una gran multitud fue agregada al Señor. Después fue Bernabé a Tarso para buscar a Saulo; y hallándole, le trajo a Antioquía. “

 

 

Hechos 14:3-4  Por tanto, se detuvieron allí mucho tiempo, hablando con denuedo, confiados en el Señor, el cual daba testimonio a la palabra de su gracia, concediendo que se hiciesen por las manos de ellos señales y prodigios.  Y la gente de la ciudad estaba dividida: unos estaban con los judíos, y otros con los apóstoles.”

 

 

 

Hechos 14: 12-15 “Y a Bernabé llamaban Júpiter, y a Pablo, Mercurio, porque éste era el que llevaba la palabra.  Y el sacerdote de Júpiter, cuyo templo estaba frente a la ciudad, trajo toros y guirnaldas delante de las puertas, y juntamente con la muchedumbre quería ofrecer sacrificios.  Cuando lo oyeron los apóstoles Bernabé y Pablo, rasgaron sus ropas, y se lanzaron entre la multitud, dando voces  y diciendo: Varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay.

 

 

Hechos 11:22-26 “Llegó la noticia de estas cosas a oídos de la iglesia que estaba en Jerusalén; y enviaron a Bernabé que fuese hasta Antioquía.  Este, cuando llegó, y vio la gracia de Dios, se regocijó, y exhortó a todos a que con propósito de corazón permaneciesen fieles al Señor. Porque era varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe. Y una gran multitud fue agregada al Señor. Después fue Bernabé a Tarso para buscar a Saulo; y hallándole, le trajo a Antioquía. Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.

 

 

 

Orar es hablar con Dios y decirle lo que sientes, Él conoce lo que hay en tú corazón y por lo que estás pasando, antes de tú abrir tu boca Él ya sabe todo, pero es importante confesarlo delante de Él.

 

  

 

ORACION DE SALVACION

 

  

 

“Amado Dios, acepto a Cristo, ahora mismo como único y exclusivo Salvador de mi alma. Te acepto Jesús, públicamente; no me avergüenzo de ti; perdona mis pecados. Entra a mi corazón. Cambia mi vida. Lávame en tu sangre, y ayúdame a que persevere, firme en tu camino, firme en la Iglesia. Que sea bautizado y que sea lleno del Espíritu Santo. Escribe mi nombre en el Libro de la Vida. Te amo, Jesús. Gracias Jesús, creo en ti y soy salvo ahora. Tu sangre limpió mis pecados. Amen.

 

 

 

 

 

Mi correo es: elisacardona59@Hotmail.com