9:10-19 Había entonces en Damasco un Discípulo llamando Ananías, a quien el Señor dijo en visión: Ananías. Y él respondió: Heme aquí, Señor. Y él Señor le dijo: Levántate, y vé a la calle que se llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque he aquí, el ora, y ha visto en visión a un varón llamado Ananías, que entra y le pone las manos encima para que recobre la vista. Entonces Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuantos males han hecho a tus santos en Jerusalén; Y aun aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre. El Señor le dijo: Vé, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre. Fue entonces Ananías y entró a la casa, y poniendo sobre él las manos dijo: Hermano Saulo el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo. Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose, fue bautizado, y habiendo tomado alimento, recobró fuerzas. Y estuvo Saulo por algunos días con los discípulos que estaban en Damasco.
Una buena obra fue comenzada en Saulo cuando fue llevado a los pies de Cristo con estas palabras: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Nunca Cristo dejó a nadie que llegara a ese punto. Contémplese al fariseo orgulloso, el opresor despiadado, el blasfemo atrevido, ¡orando! Aun ahora ocurre lo mismo con el infiel orgulloso o el pecador abandonado. ¡Qué nuevas felices son aquellas para todos los que entienden la naturaleza y el poder de la oración, de una oración como la que presenta el pecador humillado rogando las bendiciones de la salvación gratuita! Ahora empezó a orar de una manera diferente de lo que hacía antes, cuando decía sus oraciones, pero ahora las oraba. La gracia regeneradora pone a orar a la gente; más fácil es que halle a un hombre vivo que no respira que a un cristiano vivo que no ora. Pero hasta los discípulos eminentes como Ananías vacilan, a veces, ante las órdenes de su Señor. Sin embargo, es la gloria del Señor superar nuestras bajas expectativas y mostrar que son vasos de su misericordia los que consideramos objetos de su venganza. La enseñanza del Espíritu Santo elimina del entendimiento las escamas de ignorancia y orgullo; entonces, el pecador llega a ser una nueva criatura y se dedica a recomendar al Salvador ungido, el Hijo de Dios, a sus compañeros de antes.
Hechos 22: 12-16 “Entonces uno llamado Ananías, varón piadoso según la ley, que tenía buen testimonio de todos los judíos que allí moraban, vino a mí, y acercándose, me dijo: Hermano Saulo, recibe la vista. Y yo en aquella misma hora recobré la vista y lo miré. Y él dijo: El Dios de nuestros padres te ha escogido para que conozcas su voluntad, y veas al Justo, y oigas la voz de su boca. Porque serás testigo suyo a todos los hombres, de lo que has visto y oído. Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre.”
Hechos 21:39 “Entonces dijo Pablo: Yo de cierto soy hombre judío de Tarso, ciudadano de una ciudad no insignificante de Cilicia; pero te ruego que me permitas hablar al pueblo.”
Hechos 22:3-5 “ Yo de cierto soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel, estrictamente conforme a la ley de nuestros padres, celoso de Dios, como hoy lo sois todos vosotros. Perseguía yo este Camino hasta la muerte, prendiendo y entregando en cárceles a hombres y mujeres; como el sumo sacerdote también me es testigo, y todos los ancianos, de quienes también recibí cartas para los hermanos, y fui a Damasco para traer presos a Jerusalén también a los que estuviesen allí, para que fuesen castigados.”
Hechos 7: 58-59 “Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo. Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu.”
1Corintios 1.1-2 “Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sostenes, a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro:”
2Timoteo 2:22 “ Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor.”
Efesio 3:7-8 “Del cual yo fui hecho ministro por el don de la gracia de Dios que me ha sido dado según la operación de su poder.
A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo, “
9:20-22 En sequida predicaba a Cristo en las sinagogas diciendo que éste era el Hijo de Dios. Y todos los que le oían estaban atónitos, y decian: ¿No es éste el que asolaba en Jerusalén a los que invocaban este nombre, y a eso vino acá, para llevarlos presos ante los principales sacerdotes? Pero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía a los judios que moraban en Damasco, demostrando que Jesús era el Cristo.
Inicio de su vida cristiana
Desde su conversión, Saulo empezó anunciar el Evangelio. Su carácter enérgico le llevaba a ello, así como la revelación de los propósitos de Dios, que lo llamaba al apostolado. Predico a Cristo en las sinagogas de Damasco.
Los judíos de la ciudad, apoyados por el gobernador decidieron eliminar a Saulo. Los discípulos le salvaron la vida bajándolo de noche por el muro dentro de una canasta. En lugar de volver a Jerusalén, se dirigió a Arabia, y volvió después a Damasco. Se desconoce el lugar de Arabia en el que estuvo Pablo, o el tiempo que se quedó, o lo que hiciera allí; lo probable es que se diera a la meditación y a la oración en soledad. Tres años después de su conversión fue de Damasco a Jerusalén para conocer a Pedro. Estuvo solamente quince días en Jerusalén, y no vio a ningún otro apóstol, excepto a Jacobo, el hermano del Señor. Lucas ofrece algunos detalles suplementarios. Los cristianos de Jerusalén tenían miedo de Pablo, y no creían que se hubiera convertido en discípulo de Cristo. Pero Bernabé con la generosidad que le caracterizaba presentó a Pablo a los Apóstoles, y les relató su conversión y los sufrimientos que había tenido que sufrir a causa de su cambio. El antiguo perseguidor anunciaba enérgicamente el Evangelio y quería convencer a los Judíos helenistas, sus amigos de otros días que intentaron darle muerte. Por esta razón, los discípulos enviaron a Pablo a Cesárea, desde donde se dirigió a Tarso. El Señor se le apareció en el Templo, en Jerusalén, y le reveló que su apostolado iba a tener lugar entre los paganos.
El Mayor Oponente de la Iglesia se Convirtió en su más Grande Defensor
Hechos 9:26-30 “Cuando llegó a Jerusalén, trataban de juntarse con los discípulos; pero todos tenían miedo, no creyendo que fuese discípulo. Entonces Bernabé, tomándole, lo trajo a los apóstoles, y les contó cómo Saulo había visto en el camino al Señor, el cual le había hablado, y cómo en Damasco había hablado valerosamente en el nombre de Jesús. Y estaba con ellos en Jerusalén; y entraba y salía, y hablaba denodadamente en el nombre del Señor, y disputaba con los griegos; pero éstos procuraban matarle. Cuando supieron esto los hermanos, le llevaron hasta Cesárea, y le enviaron a Tarso.”
Hechos 8:3 “Y Saulo asolaba la iglesia, y entrando casa por casa, arrastraba a hombres y a mujeres y los entregaba en la cárcel.”
Hechos 18:28 “Porque con gran vehemencia refutaba públicamente a los Judíos, demostrando por las Escrituras que Jesús era el Cristo.”
Hechos 22:17-21 “Y me aconteció, vuelto a Jerusalén, que orando en el templo me sobrevino un éxtasis. Y le vi que me decía: Date prisa, y sal prontamente de Jerusalén; porque no recibirán tu testimonio acerca de mí. Yo dije: Señor, ellos saben que yo encarcelaba y azotaba en todas las sinagogas a los que creían en ti, y cuando se derramaba la sangre de Esteban tu testigo, yo mismo estaba presente, y consentía en su muerte, y guardaba las ropas de los que le mataban. Pero me dijo: Vé, porque yo te enviaré lejos a los gentiles.”
Gálatas 1: 13, 21-24 “Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la asolaba. Después fui a las regiones de Siria y de Cilicia, y no era conocido de vista a las iglesias de Judea, que era en Cristo; solamente oían decir: Aquel que en otro tiempo nos perseguía, ahora predica la fe que en otro tiempo asolaba. Y glorificaba a Dios en mí.”
Gálatas 1:18 “Después, pasados tres años, subí a Jerusalén para ver a Pedro, y permanecí con él quince días;”
Filipenses 3:17 “Pero cuantas cosas eran para mi ganancia, las he estimado como perdida por amor de Cristo.”
Efesio 3:7-8 “del cual yo fui hecho ministro por el don de la gracia de Dios que me ha sido dado según la operación de su poder. A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo.”
9:23-25 Pasados muchos días, los judios resolvieron en consejo matarle; pero sus asechanzas llegaron a contecimiento de Saulo. Y ellos guardaban las puertas de dia y de noche para matarle. Entonces los discipulos, tomandole de noche, le bajaron por el muro, descolgándole en una canasta.
Cuando entramos en el camino de Dios debemos esperar pruebas; pero el Señor sabe librar al santo y también dará, junto con la prueba, la salida. Aunque la conversión de Saulo fue y es prueba de la verdad del cristianismo, aún así, no podía, por sí misma, convertir un alma enemistada con la verdad; porque nada puede producir fe verdadera sino ese poder que crea de nuevo el corazón. —Los creyentes son dados a sospechar demasiado de aquellos en contra de los cuales tienen prejuicios. El mundo está lleno de engaño y es necesario ser cauto, pero debemos ejercer caridad. El Señor esclarece el carácter de los creyentes verdaderos, los une a su pueblo, y a menudo, les da oportunidad de dar testimonio de su verdad, ante quienes fueron testigos de su odio. Ahora Cristo se apareció a Saulo y le mandó que saliera rápidamente de Jerusalén, porque debía ser enviado a los gentiles. Los testigos de Cristo no pueden ser muertos mientras no hayan terminado sus testimonios. Las persecuciones fueron soportadas.
Hechos 9:16 “Porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre.”
Hechos 9:20- En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que este era el Hijo de Dios. Y todos los que lo oían estaban atónitos, y decían: ¿No es este el que asolaba en Jerusalén a los que invocaban este nombre, y a eso vino acá, para llevarlos presos ante los principales sacerdotes? Pero Saulo mucho más se enardecía, y confundía a los judíos que vivían en Damasco, demostrando que Jesús era el cristo.”
Hechos 9:26-31 “Cuando llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos; pero todos le tenían miedo, no creyendo que fuese discípulo. Entonces Bernabé, tomándole, lo trajo a los apóstoles, y les contó cómo Saulo había visto en el camino al Señor, el cual le había hablado, y cómo en Damasco había hablado valerosamente en el nombre de Jesús. Y estaba con ellos en Jerusalén; y entraba y salía, y hablaba denodadamente en el nombre del Señor, y disputaba con los griegos; pero éstos procuraban matarle. Cuando supieron esto los hermanos, le llevaron hasta Cesárea, y le enviaron a Tarso. Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo.”
Hechos 22: 21 “Pero me dijo: Vé, porque yo te enviaré lejos a los gentiles”
Zacarías 9:13 “ Porque he entesado para mí a Judá como arco, e hice a Efraín su flecha, y despertaré a tus hijos, oh Sion, contra tus hijos, oh Grecia, y te pondré como espada de valiente”
9:26-30 Cuando llegó a Jerusalen, trataba de juntarse con los discipulos; pero todos le tenían miedo, no creyendo que fuese discipulo. Entonces
Bernabé, tomándole, lo trajo a los apóstoles, y les contó cómo Saulo había visto en el camino al Señor, el cual le había hablado, y cómo en Damasco había hablado valerosamente en el nombre de
Jesús. Y estaba con ellos en Jerusalén; y entraba y salía, y hablaba denodadamente en el nombre del Señor, y disputaba con los griegos; pero éstos procuraban matarle. Cuando supieron esto los
hermanos, le llevaron hasta Cesarea, y le enviaron a Tarso.
Los profesantes del evangelio anduvieron rectamente y gozaron de mucho consuelo de parte del Espíritu Santo en la esperanza y la paz del evangelio, y otros fueron ganados para ellos. Vivieron del consuelo del Espíritu Santo no sólo en los días de trastorno y aflicción, sino en los días de reposo y prosperidad. Es más probable que caminen gozosamente los que caminan con cautela.
Saulo empezó a predicar en Damasco, pero nadie creía que había ocurrido un cambio en él, luego los judíos buscaron la forma de matarle, pero él logro escapar y llego a Jerusalén donde tampoco creyeron en su conversión al cristianismo, luego de que Bernabé lo llevara a los apóstoles, el pueblo y la iglesia tuvo paz
Saulo se preparó a fondo para iniciarse en ese nuevo camino: en predicar a Cristo, finalizando los tres años de aprendizaje que exigía su ingreso en la comunidad.
Hechos 9:17-18 “Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo. Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose, fue bautizado.”
Hechos 9: 20-22 “En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios. Y todos los que le oían estaban atónitos, y decían: ¿No es éste el que asolaba en Jerusalén a los que invocaban este nombre, y a eso vino acá, para llevarlos presos ante los principales sacerdotes? Pero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía a los judíos que moraban en Damasco, demostrando que Jesús era el Cristo.”
Hechos 13:1-3 “Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llama Níger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo. Ministrando esto al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.”
Lucas 9:23 “Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame.”
9:31-35- Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espiritu Santo. Aconteció que Pedro, visitando a todos, vino también a los santos que habitaban en Lida. Y halló allí a uno que se llamaba Eneas, que hacía ocho años que estaba en cama, pues era paralitico. Y le dijo Pedro: Eneas, Jesucristo te sana; Levántate, y haz tu cama. Y enseguida se levantó. Y le vieron todos los que habitaban en Lida y en Sarón, los cuales se convirtieron al Señor.
El texto nos dice que Pedro viajaba por muchos lugares, para visitar a los seguidores del Señor Jesús. En cierta ocasión, pasó a la ciudad de Lida, para visitar a los miembros de la iglesia en ese lugar. Allí conoció a un hombre llamado Eneas, que desde hacía ocho años estaba enfermo y no podía levantarse de su cama. Pedro le dijo: «Eneas, Jesús el Mesías te ha sanado. Levántate y arregla tu cama.» Al instante, Eneas se levantó. Al ver ese milagro, todos los que vivían en Lida y en la región de Sarón creyeron en el Señor Jesús.
Los cristianos son santos o pueblo santo; no sólo los eminentes como San Pedro y San Pablo, sino todo sincero profesante de la fe de Cristo. Cristo eligió a pacientes con enfermedades incurables según el curso natural, para mostrar cuán desesperada es la situación de la humanidad caída. Cuando éramos completamente débiles, como este pobre hombre, Él mandó su palabra para sanarnos. Pedro no pretende sanar por poder propio, pero dirige a Eneas a que mire a Cristo en busca de ayuda. Nadie diga que por cuanto es Cristo el que por el poder de su gracia, obra todas nuestras obras en nosotros, no tenemos obra que hacer, ni deber que cumplir; porque, aunque Jesucristo te haga íntegro, tú debes levantarte, y usar el poder que Él te da.
Hechos 3:6 “Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda”
Hechos 3:16 “Y por la fe en su nombre, a éste, que vosotros veis y conocéis, le ha confirmado su nombre; y la fe que es por él ha dado a éste está completa sanidad en presencia de todos vosotros.”
Hechos 11:21 “Y la mano del Señor estaba con ellos, y gran número creyó y se convirtió al Señor.”
Hechos 4:10 “sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano.”
Hechos 9:22 “Pero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía a los judíos que moraban en Damasco, demostrando que Jesús era el Cristo.”
Hechos 9:28 “Y estaba con ellos en Jerusalén; y entraba y salía”
9:36-43“ Había entonces en Jope una discípula llamada Tabita, que traducido quiere decir, Dorcas. Esta abundaba en buenas obras y en limosnas que hacía. Y aconteció que en aquellos días enfermó y murió. Después de lavada, la pusieron en una sala. Y como Lida estaba cerca de Jope, los discípulos, oyendo que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, a rogarle: No tardes en venir a nosotros. Levantándose entonces Pedro, fue con ellos; y cuando llegó, le llevaron a la sala, donde le rodearon todas las viudas, llorando y mostrando las túnicas y los vestidos que Dorcas hacía cuando estaba con ellas. Entonces, sacando a todos, Pedro se puso de rodillas y oró; y volviéndose al cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó. Y él, dándole la mano, la levantó; entonces, llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva. Esto fue notorio en toda Jope, y muchos creyeron en el Señor. Y aconteció que se quedó muchos días en Jope en casa de un cierto Simón, curtidor.
Muchos de los que están llenos de buenas palabras están vacíos y estériles de buenas obras; pero Tabita era una gran hechora, no una gran conversadora. Los cristianos que no tienen propiedad para dar como caridad pueden, aún, ser capaces de hacer obras de caridad, trabajando con sus manos o yendo con sus pies para el bien del prójimo. Son ciertamente mejor elogiados aquellos cuyas obras los elogian, sea que las palabras de los demás lo hagan o no. Sin duda son ingratos los que no reconocen el bien que se les hace mostrando la bondad hecha a ellos. Mientras vivimos de la plenitud de Cristo para nuestra plena salvación, debemos desear estar llenos de buenas obras para gloria de su nombre y para beneficio de sus santos. Caracteres como Dorcas son útiles donde moren, porque muestran la excelencia de la palabra de verdad por medio de sus vidas. ¡Qué viles son, entonces, las preocupaciones de tantas mujeres que no buscan distinción, sino en el ornamento externo, y desperdician sus vidas en la frívola búsqueda de vestidos y vanidades! El poder se unió a la palabra y Dorcas volvió a la vida. Así es en la resurrección de las almas muertas a la vida espiritual: la primera señal de vida es abrir los ojos de la mente. Aquí vemos que el Señor puede compensar toda pérdida; que Él gobierna cada hecho para el bien de quienes confían en Él, y para gloria de su nombre.
Cerca de Jope (Jaffa), una discípula llamada Tabita, o Dorcas, también recibió un milagro. Era conocida entre los creyentes por sus buenas acciones y sus obras de caridad, pero falleció mientras Pedro se encontraba en Lida. Los discípulos enviaron por él y le trajeron a la habitación donde yacía su cuerpo. Pedro sacó a todos de la habitación y oró por ella, para luego pedirle que se levantara. Ella se sentó, tomó su mano y se puso de pie. Lucas señala que Pedro luego la presentó con los santos y las viudas. En el Nuevo Testamento el término “santo” no se refiere a una persona que ha sido sujeta a una elaborada investigación de sus obras, seguida por la veneración, la beatificación y la canonización, sino a aquéllos a quienes Dios ha llamado a Su Iglesia, quienes son santificados o apartados para servir a Dios viviendo conforme a Su estilo de vida. Se trata simplemente de personas ordinarias con un extraordinario llamado. Dorcas había sido una servidora de gran ayuda para las viudas y los demás miembros, y todos se mostraron agradecidos por su “regreso”. Su regreso a la vida fue bien conocido en la región y más personas se sumaron a la Iglesia.
APLICACIÓN A NUESTRAS VIDAS
Dios quiere que cada uno de sus hijos ponga en práctica las habilidades y dones que nos ha dado. Él quiere que por medio de esas habilidades brindemos ayuda a los necesitados. Corcas, una mujer que hacía muchas cosas buenas, es un ejemplo muy claro de cómo Padre Dios quiere que abundemos en buenas obras. Dorcas sirvió a Dios con alegría y nosotros podemos hacer lo mismo.
Filipense 2:14-15 “Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo;”
1Timoteo 2: 9-11 “Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad. La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción.
Tito 3:10-11 “Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo, sabiendo que el tal se ha pervertido, y peca y está condenado por su propio juicio.”
Hecho 1:13 -14“Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo. Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.
Hechos 6:1” En aquellos días, como creciera el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquéllos eran desatendidas en la distribución diaria.”
Hechos 7:60 “Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.”
Hechos 11:26 “Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.”
Mateo 9:24-26 “Les dijo: Apartaos, porque la niña no está muerta, sino duerme. Y se burlaban de él. Pero cuando la gente había sido echada fuera, entró, y tomó de la mano a la niña, y ella se levantó. Y se difundió la fama de esto por toda aquella tierra.”
Marcos 5:41-42” Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate. Y luego la niña se levantó y andaba, pues tenía doce años. Y se espantaron grandemente.”
Orar es hablar con Dios y decirle lo que sientes, Él conoce lo que hay en tú corazón y por lo que estás pasando, antes de tú abrir tu boca Él ya sabe todo, pero es importante confesarlo delante de Él.
ORACION DE SALVACION
“Amado Dios, acepto a Cristo, ahora mismo como único y exclusivo Salvador de mi alma. Te acepto Jesús, públicamente; no me avergüenzo de ti; perdona mis pecados. Entra a mi corazón. Cambia mi vida. Lávame en tu sangre, y ayúdame a que persevere, firme en tu camino, firme en la Iglesia. Que sea bautizado y que sea lleno del Espíritu Santo. Escribe mi nombre en el Libro de la Vida. Te amo, Jesús. Gracias Jesús, creo en ti y soy salvo ahora. Tu sangre limpió mis pecados. Amen.
Mi correo es: elisacardona59@Hotmail.com