Daniel 7: 1-28
En el primer año de Belsasar rey de Babilonia tuvo Daniel un sueño, y visiones de su cabeza mientras estaba en su lecho; luego escribió el sueño, y relato lo principal del asunto. Daniel dijo. Miraba yo en mi visión de noche, y he aquí que los cuatro vientos del cielo combatían en el gran mar. Y cuatro bestias grandes, diferentes la una de la otra, subía del mar.
La primera era como león, y tenía alas de águila. Yo estaba mirando hasta que sus alas fueron arrancadas, y fue levantada del suelo y se puso enhiesta sobre los pies a manera de hombre, y le fue dado corazón de hombre.
Y he aquí otra segunda bestia, semejante a un oso, la cual se alzaba de un costado más que del otro, y tenía en su boca tres costillas entre los dientes; y le fue dicho así: Levántate, devora mucha carne. Después de esto mire, y he aquí otra, semejante a un leopardo, con cuatro alas de ave en sus espaldas; tenia también esta bestia cuatro cabezas; y le fue dado dominio. Después de esto miraba yo en las visiones de la noche, y he aquí la cuarta bestia, espantosa y terrible y en gran manera fuerte, la cual tenía unos dientes grandes de hierro; devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies, y era muy diferente de todas las bestias que vi antes de ella, y tenía diez cuernos.
Mientras yo contemplaba los cuernos, he aquí que otro cuerno pequeño salía entre ellos, y delante de él fueron arrancados tres cuernos de los primeros; y he aquí que este cuerno tenía ojos como de hombre, y una boca que hablaba grandes cosas.
Estuve mirando hasta que fueron puesto tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente. Un rio de fuego procedía y salía delante de él; millares de millares le servían, millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos. Entonces miraba a causa del sonido de las grandes palabras que hablaba el cuerno; miraba hasta que mataron a la bestia, y su cuerpo fue destrozado y entregado para ser quemado en el fuego.
Había también quitado a la otra bestia su dominio, pero les había sido prolongada la vida hasta cierto tiempo. Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venia uno como un hijo de hombre, que vino hasta el anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.
Se me turbó el espíritu a mí, Daniel, en medio de mi cuerpo, y las visiones de mi cabeza me sombraron. Me acerqué a uno de los asistían, y le pregunté la verdad acerca de todo esto, y me habló, y me hizo conocer la interpretación de las cosas. Estas cuatro grandes bestias son cuatro reyes que se levantarán en la tierra. Después recibirán el reino los santos del Altísimo, y poseerán el reino hasta el siglo, eternamente y para siempre.
Entonces tuve deseo de saber la verdad acerca de la cuarta bestia, que era tan diferente de todas las otras, espantosa en gran manera, que tenía dientes de hierro y uñas de bronce, que devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies; a asimismo acerca de los diez cuernos que tenía en su cabeza, y del otro que le había salido, delante del cual habían caído tres; y este mismo cuerno tenia ojos, y boca que hablaba grandes cosas, y parecía más grande que sus compañeros.
Y veía yo que este cuerno hacía guerra contra los santos, y los vencía. Hasta que vino el Anciano de días, y se dio el juicio a los santos del Altísimo, y llegó el tiempo, y los santos recibieron el reino. Dijo así: La cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra, el cual será diferente de todos los otros reinos, y a toda la tierra devorará, trillará y despedazará. Y los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán diez reyes; y tras ellos se levantará otro, el cual será diferente de los primeros, y a tres reyes derribará. Y hablará palabras contra el Altísimo, y los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo.
Pero se sentará el Juez, le quitarán su dominio para que sea destruido y arruinado hasta el fin. Y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sean dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todo el dominio le servirán y obedecerán. Aquí fue el fin de sus palabras, En cuanto a mí, Daniel, mis pensamientos me turbaron y mi rostro se demudó; pero guardé el asunto en mi corazón.
EL TIEMPO DEL FIN
Daniel. 12:1-13
En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro.
Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua. Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad.
Pero tú Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará. Y yo Daniel miré, y he aquí otros dos que estaban en pie, el uno a este lado del río, y el otro al otro lado del río. Y dijo uno al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del rio: ¡cuando será el fin de estas maravillas? Y oí al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del rio, el cual alzó su diestra y su siniestra al cielo, y juró por el que vive por los siglos, que será por tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo. Y cuando se acabe la dispersión del poder del pueblo santo, todas estas cosas serán cumplidas.
Y yo oí, más no entendí, Y dije: Señor mío, ¿Cuál será el fin de estas cosas? El respondió: Anda, Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. Muchos serán limpios, y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán. Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días. Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trecientos treinta y cinco días. Y tú irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días.
Abriéndose los sepulcros y los que habían muerto teniendo fe en el mensaje del tercer ángel
y guardando el sábado se levantaron, glorificados, de sus polvorientos lechos, para escuchar el pacto de paz que Dios iba a hacer con quienes habían observado su ley.
Los que duermen en Jesús serán llamados de la casa de su prisión a una
gloriosa inmortalidad. El Señor ha resucitado, queridos amigos, y en vuestro desaliento podéis saber qué. . . Jesús está a vuestro lado para daros paz.
EL CANTICO DE LOS 144 MIL
Apocalipsis 14:1-5
Después miré, y he aquí el Codero estaba en pie sobre el monte de Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente. Y oí una voz del cielo como estruendo de muchas aguas, y como sonido de un gran trueno; y la voz que oí era como de arpistas que tocaban sus arpas. Y cantaban un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro seres vivientes, y de los ancianos; y nadie podía aprender el cántico si no aquellos ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre la tierra
Estos son los que no se contaminaron con mujeres, pues son vírgenes. Estos son los que siguen al Cordero por donde quiera que va. Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero; Y en sus bocas no fue hallada mentira, pues son sin mancha delante del trono de Dios.
La Biblia los identifica con una claridad que disipa toda confusión y duda. Dos declaraciones dan una valiosa ayuda para determinar tanto su identidad como el tiempo en que fueron elegidos. Ellos fueron escogidos de todas las tribus de Israel" Apocalipsis 14:4. Y también son los primeros frutos de Dios y del Cordero.
La declaración de que fueron de Israel Apocalipsis 7:4, se refiere a que formaron parte de la Nación de Israel. Apocalipsis 7:9, describe otra gran multitud. El contraste claro. Los 144 mil fueron tomados de "todas las tribus de los hijos de Israel”. La gran multitud fue tomada de todas las naciones, clases, gentes y lenguas". Respecto a los 144 mil, el Profeta declara: "Y oí el número de los sellados”.
El sellos que Dios le puso a los 12 mil Judíos de cada tribu, significa que son de su propiedad y que nadie puede dañarlos, ellos pasan por la gran tribulación sin ser dañados.
Los 144,000 sellados son también un grupo de cristianos que han sido comprados de la tierra para ser reyes y sacerdotes en los cielos desde donde reinarán junto con Jesucristo por mil años sobre la tierra compuesta de una gran compañía de cristianos que se salvan.
EL MENSAJE DE LOS TRES ÁNGELES
Apocalipsis 14:6-13
Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlos a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo; Diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas. Otro ángel siguió, diciendo: Ha caído Babilonia, la gran ciudad, porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación Y el tercer ángel lo siguió, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano.
Él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del cordero. Y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tiene reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre. Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.
Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen.
Primer Ángel.
La Escritura define el contenido del mensaje presentado por el primer ángel como el “evangelio eterno”. Las “buenas nuevas” de salvación a través de la fe en la muerte expiatoria de Cristo se hallan en el corazón de la proclamación de este ángel El ángel convoca a la humanidad a “adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”. La adoración es un elemento clave en el conflicto cósmico porque hace surgir el importante tema del objeto verdadero y correcto para adorar
Segundo Ángel.
Segundo ángel anuncia el fracaso del plan del dragón. La Escritura utiliza el símbolo de una ciudad –Babilonia– para representar los logros del dragón, de la bestia que surge del mar y de la bestia que surge de la tierra. La caída de la ciudad describe la victoria de Dios sobre esos poderes malignos.
Tercer Ángel
El mensaje del tercer ángel es una amonestación hecha a la raza humana para que despierte: una advertencia acerca de los peligros que se hallan ante nosotros. Describe vívidamente la experiencia de quienes se unirán a la coalición del dragón para pelear contra el Cordero. Quienes adoren al enemigo y acepten voluntariamente la marca de la bestia beberán del vino de la ira de Dios.
El ángel extiende a toda una invitación, un “temed a Dios”, “dadle gloria” y “adorad”. Dios espera de la raza humana al enfrentar las fuerzas del maligno en la última batalla del conflicto entre el bien y el mal. El temor de Dios deriva del hecho de que él es grande, majestuoso y único.
LA TIERRA ES SEGADA
Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda. Y del templo salió otro ángel, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura.
Y el que estaba sentado sobre la nube metió su hoz en la tierra, y la tierra fue segada. Salió otro ángel del templo que está en el cielo, teniendo también una hoz aguda. Y salió del altar otro ángel, que tenía poder sobre el fuego, y llamó a gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra, porque sus uvas están maduras.
Y el ángel arrojó su hoz en la tierra, y vendimió la viña de la tierra, y echó las uvas en el gran lagar de la ira de Dios. Y fue pisado el lagar fuera de la ciudad, y del lagar salió sangre hasta los frenos de los caballos, por mil seiscientos estadios.
¿Qué es lo que significa cuando Dios declara que la tierra estaba lista para la siega? Está lista porque todos los escogidos por Dios han finalmente recibido su salvación. La tierra también está lista para la siega debido a su iniquidad la cual ha llegado a ser completamente perversa que es tiempo para el Día Del Juicio.
LOS ÁNGELES CON LAS SIETE POSTRERAS PLAGAS
Apocalipsis 15:1-8
Vi en el cielo otra señal, grande y admirable: siete ángeles que tenían la siete plagas postreras; porque en ella se consumaba la ira de Dios. Vi también como un mar de vidrio mezclado con fuego; y a los que habían alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen, y su marca y el número de su nombre, en pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios.
Y cantan el cántico de Moisés, el siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: “Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso. Justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos. ¿Quién no temerá, OH Señor, y glorificará tu nombre? Pues sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado.
Después de estas cosas miré, y he aquí fue abierto en el cielo, el templo del tabernáculo de testimonio; y del templo salieron los siete ángeles que tenían las siete plagas, vestidos de lino limpio y resplandeciente, ceñidos alrededor del pecho con cintos de oro. Y uno de los cuatro seres vivientes dio a los siete ángeles siete copas de oro, llenas de la ira de Dios, que vive por los siglos de los siglos.
El templo se llenó de humo por la gloria de Dios, y por su poder; y nadie podía entrar en el templo hasta que hubiesen cumplido las siete plagas de los siete ángeles.
Estos hombres están en la presencia de Dios, en el trono celestial y su destino es reinar con Jesucristo en la tierra: “Y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes y reinaremos sobre la tierra”
Apocalipsis 5:10
Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová.
CONDENACION DE LA GRAN RAMERA
Apocalipsis 17: 1-18
Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas. Con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación. Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos.
Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación; y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.
Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quede asombrado con gran asombro.
Y el ángel me dijo: ¿Por qué te asombras? Yo te diré el misterio de la mujer, y de la bestia que la trae, la cual tiene las siete cabezas y los diez cuernos. La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición; y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán la bestia que era y no es, y será.
Esto, para la mente que tenga sabiduría: Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer, y son siete reyes, Cinco de ellos han caído; uno es, y el otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo. La bestia que era, y no es, es también el octavo; y es de entre los siete, y va a la perdición. Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia.
Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia. Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de Señores y Rey de Reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles. Me dijo también: Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas.
Y los diez cuernos que viste en la bestia, éstos aborrecerán a la ramera, y la dejarán desolada y desnuda; y devorarán sus carnes, y la quemarán con fuego. Porque Dios ha puesto en sus corazones el ejecutar lo que él quiso: ponerse de acuerdo, y dar su reino a la bestia, hasta que se cumplan las palabras de Dios. Y la mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra.
REFLEXION: Desde el capítulo 2 de Apocalipsis, el Señor viene avisándonos de la corrupción que vendría afectando a la iglesia. No es nueva esta advertencia, ya que el mismo Cristo nos habló de falsos profetas que vendrían y de las persecuciones que sufrirían los hijos de Dios. El apóstol Pedro nos da un panorama de esta obra satánica dentro de la iglesia:
Pero hubo también falsos profetas en el pueblo, como habrá entre vosotros falsos doctores, falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías de perdición, y negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos perdición acelerada. Y muchos seguirán sus disoluciones, por los cuales el camino de la verdad será blasfemado. Y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas, sobre los cuales la condenación ya de largo tiempo no se tarda, y su perdición no se duerme.
En el capítulo 12 de Apocalipsis vimos como la iglesia verdadera de Cristo fue perseguida, primero por Roma pagana, y luego por la gran iglesia del Medioevo (Edad Media). Finalmente, en el capítulo 13 de Apocalipsis, el Señor nos mostró a la gran bestia, que es el papado, y como persiguió a los verdaderos cristianos y trajo sobre la iglesia toda suerte de doctrinas y prácticas paganas.
Ahora, en el capítulo 17 de Apocalipsis, se nos presenta, bajo el símbolo de una ramera, a esa iglesia apóstata. Realmente la carga del pasaje no es exactamente una ramera, sino una mujer adúltera. Lo que pasa es que esta súper-iglesia, no sólo abandonó al Señor, sino que ha estado en adulterio espiritual con otras filosofías y prácticas paganas. Se dice que la ‘Gran Prostituta es la Iglesia de Cristo Prostituida, con sede en Roma”.
Las aguas simbolizan “pueblos y muchedumbres y naciones y lenguas” (verso 17). Al concluir el capítulo 17, el ángel dice a Juan que esa mujer adúltera “es la grande ciudad que tiene reino sobre los reyes de la tierra” (verso 18). Aunque los teólogos católicos dicen que esta ramera es Roma pagana, los detalles de la profecía dicen otra cosa. En los libros de Isaías, Jeremías, Ezequiel y Oseas, Dios llama “ramera” a Israel. Jeremías, que tanto habla de Babilonia, nunca la llama ramera.
Cuando analizamos el capítulo 12 de Apocalipsis, decimos que “mujer” en profecía, quiere decir “iglesia”. La mujer hermosa y pura del capítulo 12 representa a la iglesia fiel de Jesucristo. En el capítulo 17 que estamos considerando, la mujer que se presenta es llamada “ramera”, una mujer corrupta. En contraste con la sencillez de la mujer del capítulo 12, la cual estaba vestida del blanco de la justicia de Cristo, esta mujer está cargada de joyas y vestida “de púrpura y escarlata”, colores que denotan pecado, y que abundan en la corte del papa y en las suntuosas catedrales. Todo ese colorido y joyas son la justicia propia, común en las prácticas de Roma.
El cáliz contiene la causa de su adulterio: las doctrinas falsas. Hubo hombres que trataron de apartar a los cristianos de las enseñanzas de Cristo y crearon facciones dentro del pueblo de Dios.
La bestia es, ante todo, Satanás y que con el correr del tiempo, diferentes imperios han sido la bestia. Esta bestia, representa el momento en que la iglesia católica se convierte en la iglesia del estado desde los tiempos de Constantino. Hoy podemos ver estados políticos en los cuales la iglesia católica ejerce una influencia muy grande, sobre todo en América Latina
En su frente un nombre escrito: Misterio, Babilonia la grande, la madre de las fornicaciones y de las abominaciones de la tierra, Babilonia” significa “confusión” y es apropiado para el sistema católico-romano. Todo esto es una mezcla de doctrinas cristianas con otras del paganismo.
Babilonia es conocida como la madre de todos los cultos paganos. La hechicería, la adivinación, la astrología y la magia en general floreció en este imperio. El catolicismo ha tomado de estas doctrinas, y de sus variantes en Persia, Grecia y Roma, el dogma (Católico-Inmaculada) de María como la “madre de Dios”.
LA CAIDA DE BABILONIA
Apocalipsis 18:1-24
Después de esto vi otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible.
Por todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites. Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; Porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades.
Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle a ella el doble. Cuando ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto. Por lo cual en un solo día vendrán sus plagas; muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego; porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga.
Y los reyes de la tierra que han fornicado con ella, y con ella han vivido en deleites, llorarán y harán lamentación sobre ella, cuando vean el humo de su incendio, Parándose lejos por el temor de su tormento, diciendo: ¡AY, ay, dela gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino tu juicio. Y los mercaderes de la tierra lloran y hacen lamentación sobre ella, porque ninguno compra más sus mercaderías.
Mercadería de oro, de plata, de piedras preciosas, de perlas, de lino fino, de púrpura, de seda, de escarlata, y de toda madera olorosa, de todo objeto de marfil, de todo objeto de madera preciosa, de cobre, de hierro y de mármol; Y canela, especias aromáticas, incienso, mirra, olíbano, vino, aceite, flor de harina, trigo, bestias, ovejas, caballos y carros, y esclavos, almas de hombres.
Los frutos codiciados por tu alma se apartaron de ti y todas las cosas exquisitas y espléndidas te han faltado, y nunca más las hallarás. Los mercaderes de estas cosas, que se han enriquecido acosta de ella, y se pararán lejos por el temor de su tormento, llorando y lamentando. Y diciendo. ¡Ay, ay, de la gran ciudad, que estaba vestida de lino, de púrpura y de escarlata, y estaba adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas!
Porque en una hora han sido consumidas tantas riquezas. Y todo piloto, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se pararon lejos; y viendo el humo de su incendio, dieron voces, diciendo: ¿Qué ciudad era semejante a esta gran ciudad? Y echaron polvo sobre sus cabezas, y dieron voces, llorando y lamentando, diciendo: ¡Ay, ay de la gran ciudad, en la cual todos los que tenían naves en el mar se habían enriquecido de sus riquezas; pues en una hora ha sido desolada! Alégrate sobre ella, cielo y vosotros, santos, apóstoles y profetas; porque Dios os ha hecho justicia en ella. Y un ángel poderoso tomo una piedra, como una gran piedra de molino, y la arrojó en el mar, diciendo: con el mismo ímpetu será derribada Babilonia, la gran ciudad, y nunca más será hallada.
Y voz de arpistas, de músicos, de flautistas y de trompeteros no se oirá más en ti; y ningún artífice de oficio alguno se hallará más en ti, ni ruido de molino se oirá más en ti. Luz de lámpara no alumbrará más en ti, ni voz de esposo y de esposa se oirá más en ti; porque tus mercaderes eran los grandes de la tierra; pues por tus hechicerías fueron engañadas todas las naciones. Y en ella se halló la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido muertos en la tierra.
BABILONIA fue una antigua ciudad de la Baja Mesopotamia. Ganó su independencia durante la Edad Oscura, tras lo cual se convirtió en capital de un vasto imperio bajo el mandato de Hammurabi (siglo XVIII a. C.). Desde entonces se convirtió en un gran centro político, religioso y cultural. Aún en época helenística, ya despojada de su segundo imperio y caída en desgracia frente a otras grandes ciudades como Persépolis, Alejandro Magno quiso convertirla en su capital.
En el año 312 a. C. Seleuco I Nicátor trasladó la capitalidad del imperio Seléucida a Seleucia, aposentada sobre el río Tigris y no sobre el Éufrates por rapidez de las nuevas vías comerciales. Los babilonios fueron invitados a mudar sus residencias. Para entonces la ciudad había entrado en franca decadencia, siendo abandonada por la mayoría de sus habitantes poco después A pesar de ello se les permitió quedarse a los sacerdotes de Bēl -relacionados con el templo de Año Nuevo-, y la ciudad funcionó como residencia real durante la ocupación parta.
Actualmente sus ruinas, parcialmente reconstruidas por Saddam Hussein a finales del siglo XX, se encuentran en la provincia iraquí de Babil, 110 km al sur de Bagdad.
En la Biblia, la palabra Babilonia aparece mayormente en el Génesis, en las profecías escritas en el tiempo de Nabucodonosor y en el Apocalipsis. El capítulo 11: 4 de Génesis destaca los motivos que influyeron en la edificación de la torre de Babel ‘Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuésemos esparcidos sobre la faz de toda la tierra”. Fue claramente notoria su intención de colocar toda su confianza en las obras humanas y de rebelarse contra el deseo de Dios de que se esparcieran y poblaran la Tierra. Isaías 14:4 se refiere al “opresor... la ciudad codiciosa de oro" y alude al rey de Babilonia en términos que claramente se refieren también a Satanás, ver
Isaías 14: 12-14.”¡Cómo caíste del cielo, oh lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por
tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a
los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo”
Jeremías profetizó su destrucción: "He aquí que será la última de las naciones; desierto, sequedal y páramo... porque pecó contra Jehová". Haciendo eco a las palabras de Jeremías, Apocalipsis 14:8 proclama: "Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad, porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación". Más adelante, Babilonia aparece como la “gran ramera", "Babilonia la grande, la madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra", representada por una mujer vestida de púrpura y escarlata.
En el Apocalipsis, Babilonia adquiere un significado simbólico que va claramente más allá de la realidad histórica.
Cuando se escribieron estas profecías sólo quedaban las ruinas de Babilonia. Las imágenes que representan hablan de una influencia pecaminosa que corrompe a todas las naciones de la
tierra. "Salid de ella, pueblo mío se nos invita, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas;
porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades". Este es un llamado de misericordia de Dios: una invitación a abandonar la mentira y abrazar la verdad; a desistir del pecado y buscar la santidad. Dios ama aquellos a quienes llama, y
él llama a todos.
La profecía alude a Babilonia como la fuente de una influencia contaminante que se opone a Dios y a su verdad.
LA GRAN RAMERA Y BABILONIA LA GRANDE
Apocalipsis 17 y 18
-Púrpura Y Escarlata (Rojo Carmesí)
-Adornada de oro y piedras preciosas (Opulencia) significa
-Abundancia o riqueza excesiva de bienes.
-Cáliz de oro lleno de Abominaciones (Rechazo-Aborrecer) y fornicación (Peca con otro dios)
-En su frente la marca de Babilonia
-Estaba Borracha de la Sangre de Mártires de Jesús.
-Es una ciudad que reina sobre las Naciones.
5. Posteriormente después de 3 ½ años, será aborrecida por
El Gobierno del Anticristo.
ALABANZAS EN EL CIELO
Apocalipsis 19: 1-8
Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía !Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro; porque sus juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella.
Otra vez dijeron ¡Aleluya! Y el humo de ella sube por los siglos de los siglos. Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en tierra y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y decían ¡Amén! ¡Aleluya!
Y salió del trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes. Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!
Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.
Cualquier inquietud mi correo es: elisacardona59@hotmail.com
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