Apocalipsis 22: 6-21
Me dijo además: “Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel para mostrar a sus siervos las cosas que tienen que suceder pronto. ¡He aquí vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.”
Yo, Juan, soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas. Pero él me dijo: Mira, no las hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios
Y me dijo: “No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca. El que es injusto, sea injusto todavía; el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía.
He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último.
Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida y para entrar por las puertas en la ciudad. Mas los perros estarán afuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras y todo aquel que ama y hace mentira.
Yo, Jesús, he enviado a mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana. Y el Espíritu la esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga; Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.
Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de las cosas que están escritas en este libro.|
El que da testimonio de estas cosas dice: ciertamente vengo en breve Amén; sí, ven, Señor Jesús.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos nosotros Amén.
LA VENIDA DEL SEÑOR
1Tesalonicenses 4: 13-18/ 5:1-11
Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis, como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentados los unos a los otros con estas palabras.
Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba. Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán.
Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los demás, si no velemos y seamos sobrios. Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan.
Pero nosotros que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo. Porque no nos ha puesto Dios para ira, si no para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él.
Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis.
EL NUEVO TESTAMENTO: EL APOCALIPSIS
Juan en la Isla de Patsmo
Su autor del Libro del Apocalipsis es: Juan casi ciertamente es el Juan que fue uno de los doce discípulos de Jesús y un inspirado portavoz. Él también escribió el evangelio de Juan y las tres epístolas de Juan
Apocalipsis, esto es, Revelación de Jesucristo, se llama este misterioso Libro, porque en él domina la idea de la segunda Venida de Cristo. Es el último libro de toda la Biblia y su lectura es objeto de una bienaventuranza especial.
Se llama actualmente Patmo. La costa es escabrosa y consiste en una sucesión de cabos que forman muchos puertos. Esta aldea con este puerto está situada en una montaña elevada y rocosa que se levanta al borde inmediato del mar. Más o menos a la mitad del camino por la montaña hacia donde está edificada la aldea, se ve una gruta natural en la roca, donde, según la tradición, Juan tuvo su visión y escribió el Apocalipsis. Debido al carácter austero y desolado de esta isla, se la utilizaba durante el Imperio Romano como lugar de destierro. Esto nos explica por qué estuvo Juan desterrado allí. Este destierro del apóstol se produjo bajo el emperador Domiciano (Tirano). No permitía que se proclamara el Evangelio en su reino. Desterró a Juan al solitario islote de Patmos, donde se podía decir que estaba tan fuera del mundo como si hubiese muerto. Después de encerrarlo en este lugar árido, y condenarlo a la cruel labor de las minas, el emperador pensó sin duda que había eliminado al predicador de la justicia y que el mundo no oiría más hablar de él.
El grave delito de Juan era porque Proclamaba la Palabra de Dios y Testimonio de Jesucristo.
Apocalipsis significa “revelación”. El Apocalipsis es la revelación de Jesucristo a San Juan acerca de los acontecimientos futuros. ¿Qué se nos revela en este libro?
El Apocalipsis es también un libro profético, de anuncios futuros. Anuncios inmediatos para los que vivían en el tiempo en que fue escrito, siempre en la línea de que los malos serían castigados y los buenos resultarían victoriosos y premiados si perseveraban en ser testigos de Cristo.
El Apocalipsis también anuncia que lo que sucedía a los cristianos y a la Iglesia. En otras palabras, siempre habrá un “dragón rojo” y “dos bestias” persiguiendo a la Iglesia y a sus hijos. Pero, a pesar de los esfuerzos del dragón y sus secuaces, el Cordero (Cristo) y sus seguidores siempre triunfarán.
La profecía básica y constante del Apocalipsis es que siempre habrá persecuciones de los buenos por parte del Mal. Pero el Mal será castigado y los buenos triunfarán al final. Dios vencerá el Mal.
Vendrá el Cielo nuevo y la tierra nueva. El mundo anterior en el que Dios ha sido rechazado, ya no será más. Dios vendrá a establecer su morada entre nosotros. Será un Reino de justicia y de gracia, un Reino de amor y de paz.
El mundo actual que nos rodea está lleno de corrupción en todos los órdenes, hay engaño, mentira, un afán permanente de poner trampa, hay quienes se ocupan por acumular riquezas, pero lo mas preocupante es que aún dentro de nuestras congregaciones personas que conocen muy bien la Palabra de Dios y sin embargo no han aprendido amar a su prójimo; La Palabra de Dios habla de diversos pecados, como la fornicación, el adulterio, el robo, chisme, etc…, pero para Dios hay otras clases de actitudes que son también pecado delante de Él, como cuando se murmura de las personas, cuando se señala, cuando se juzga porque de esa manera se daña corazones.
La Palabra de Dios dice en: Romanos 13: 9 “Porque: No adulteras, no matarás, no hurtarás, no dirás falsos testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amaras a tu prójimo como a ti mismo”
Mateo 5: 8 “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios”
Por eso es importante reconocer a nuestro Señor Jesucristo, y aceptarlo en nuestro corazón para que Él, gobierne en nuestras vidas y ser guiado y enseñado por medio del Espíritu Santo, quien quiere lo mejor para nosotros, nos ama tanto que nos regala la salvación, porque él no quiere que te acontezca nada, quiere que estés a Paz contigo mismo, con tu familia y con el Prójimo, reconocer nuestros pecados y aceptar que sin Dios nada podemos hacer.
Te invito a que hagas esta Oración de Fe, para que tu nombre quede escrito en el Libro de la Vida.
Oración de Fe:
Señor Jesús, yo te acepto como mi único y
suficiente Salvador de mi vida y de mi alma.
Señor Jesús,
perdóname todo lo que te he ofendido
de pensamiento, palabra y obra;
lávame y límpiame con tu preciosa sangre;
escribe mi nombre en el libro de la vida.
Séllame con tu Espíritu Santo
Gracias Señor; Amén
Si has hecho la Oración de Fe por Primera vez por favor escribanos, o envía un E-mail:
DIOS TE BENDIGA
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